La Cumbre Social por el Clima arranca este sábado en Madrid como alternativa a la COP25 para exigir “justicia social y climática”, con el protagonismo indiscutible de los pueblos indígenas y originarios.
Este foro tiene lugar bajo la premisa de que “es necesario desenmascarar la hipocresía de gobiernos que llevan décadas fracasando en las negociaciones climáticas”, que “se lucran con la crisis climática y la devastación ambiental”.
Con la multitudinaria manifestación del viernes como preludio, del 7 al 13 de diciembre, se realizarán más de 350 actividades en las que, a través de talleres, exposiciones, charlas y mesas de debate, la sociedad civil denunciará los “tiempos convulsos de auténtica emergencia ecológica, climática y social que vivimos”.
En el manifiesto de la cumbre, las asociaciones aseguran que creen “en la justicia climática como eje vertebrador de la lucha social de nuestro tiempo: porque la sostenibilidad es imposible sin justicia social, y la justicia no existe sin un respeto a todos los seres que viven en el planeta”.
Aunque la Cumbre de los Pueblos y la Cumbre Social por la Acción Climática se iba a celebrar en Chile, país anfitrión hasta hace un mes de la COP25, tras el cambio de localización a Madrid los colectivos españoles y chilenos han trabajado conjuntamente para “denunciar el papel explotador de las regiones enriquecidas del mundo a través del extractivismo energético, material y cultural”.
En este sentido, durante la inauguración de la cumbre, celebrada este sábado en el campus de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Rubén Gutiérrez, activista del movimiento Fridays For Future, recalcó que el foro pretende “traer hasta aquí la voz del pueblo chileno y de las compañeras indígenas, que están en la primera línea de resistencia contra el cambio climático”.
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Los activistas que participaron en la presentación resaltaron “el año de movilizaciones históricas que hemos vivido, que marca un antes y un después de la lucha climática”, y destacaron que “la crisis social también es una crisis ecológica”, así como la importancia de que “los jóvenes tomen el relevo en la lucha contra el reto climático”.
Las actividades se suceden en pasillos, aulas y espacios exteriores del campus universitario, como la venta de libros, talleres para niños, oraciones interreligiosas por el clima o mingas (reuniones) indígenas, entre otras.
Este sábado, la plantación popular de árboles, la defensa de una ley para impedir el “ecocidio”, la “bicifestación (marcha en bicicleta) por el clima”, el taller de agroecología, talleres sobre saberes tradicionales contra el cambio climático y las narrativas sobre el reto climático y sus efectos desde “el sur global” marcaron la agenda, que acabará con conciertos.
Para el domingo, algunas de las actividades programadas incluyen debates sobre soberanía alimentaria, ecología y feminismo, charlas sobre residuos y justicia intergeneracional, mientras que continuarán las actividades que darán voz a los pueblos latinoamericanos.
Precisamente, los protagonistas de esta cumbre son los indígenas, ya que una gran parte de las actividades pone el foco en “los saberes tradicionales al servicio de la humanidad frente al cambio climático”.
En su manifiesto, los participantes se comprometen a trabajar por “una transición justa realizada con la rapidez suficiente para evitar nuevas catástrofes” y exigen “tomar decisiones basadas en la ciencia” dejando “el combustible fósil en el subsuelo, para lograr unas reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero que estén a la altura del reto climático”.