El otorgamiento de la ciudadanía saudí a un robot con características femeninas ha desatado un alud de críticas contra Arabia Saudita, un país donde las mujeres tienen derechos límitados.
Sophia, un robot con rasgos femeninos que pueden hacer expresiones faciales y mantener conversaciones, sorprendió a la multitud cuando debutó en una cumbre económica en la capital del país, Riyadh, esta semana.
Mientras permanecía en el escenario durante un panel el miércoles, el robot supo que Arabia Saudita le había otorgado la primera ciudadanía saudí para un robot.
'Me siento muy honrada y orgullosa de esta distinción única', dijo Sophia, ante los aplausos del público.
'Este es históricamente el primer robot en el mundo en ser reconocido con una ciudadanía'. tuiteó un miembro del Ministerio de Cultura e Información de Arabia Saudita en apoyo a la inicitiva.
Sin embargo, usuarios de las redes sociales señalaron que Sophia había logrado rápidamente más derechos que millones de mujeres y trabajadores extranjeros en Arabia Saudita, que ha sido criticada a nivel mundial por reprimir los derechos de las mujeres y los derechos civiles.
Por un lado, Sophia apareció en el escenario sola, sin el modesto vestido requerido a todas las mujeres sauditas; ella no usó burka, ni pañuelo en la cabeza.

Tampoco tuvo un guardián masculino a su lado, como lo exige la ley saudí para las mujeres en el país. Los guardianes, a menudo un pariente masculino, deben dar permiso antes de que las mujeres puedan viajar al extranjero, abrir cuentas bancarias o llevar a cabo una serie de tareas, y deben acompañan a las mujeres en público.
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Sophia también parece haber superado a los trabajadores extranjeros en el reino saudita, muchos de los cuales han huido de las malas condiciones de trabajo pero la ley les impide abandonar el país.
En Twitter, los hashtag #Sophia_demands_the_repeal_of_guardianship #endmaleguardianship cobraron fuerza.
Las críticas se producen después de que Arabia Saudita dijera el mes pasado que permitiría a las mujeres obtener licencias de conducir, en lo que el reino calificó como un importante avance en las iniciativas de reforma a largo plazo del príncipe heredero de la corona saudita.
Los grupos de derechos humanos advirtieron que el país, gobernado por una monarquía que sigue la estricta ley islámica, tiene un largo camino por recorrer en lo que respecta a los derechos. Arabia Saudita ha sido calificada durante mucho tiempo como una de las naciones más opresivas del mundo.
