Santa Rita, Yoro, Honduras.
Para evitar la escasez y proveer de agua de calidad a los habitantes de la zona rural las 24 horas del día, la asociación de juntas administradoras de ese recurso en el municipio de Santa Rita busca ante el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) y organismos internacionales apoyo financiero para sustituir la tubería.
Las acciones de ese grupo organizado en 2003 han permitido la reducción satisfactoria de las enfermedades gastrointestinales, detalla Dolores Maradiaga, técnica de la Secretaría de Salud en Santa Rita.
“Cuando no existían estas juntas administradoras y protectoras de las fuentes de agua nos llegaban al centro de salud entre 8 y 10 pacientes a la semana con problemas estomacales por la mala calidad del líquido. Eso quedó en el pasado”, expresó.
Los dirigentes y representantes de 26 aldeas y colonias que reciben el agua por gravedad de fuentes abiertas que nacen en la parte alta de la montaña se reunieron para celebrar su 11 aniversario y discutir sus problemas, entre ellos la deforestación y el mal estado de las redes.
Maradiaga agregó que como entidad interesada en vigilar la calidad del líquido que consume la población han logrado que todas esas comunidades envíen muestras a los laboratorios para verificar que es de buena calidad y evitar enfermedades.
Orlando Castro, presidente de esas juntas, dijo que lo que han logrado se debe al esfuerzo de los habitantes que puntualmente pagan sus cuotas por el servicio. Ese dinero es devuelto en mejoras del sistema.
Preocupación
El dirigente agregó que en al menos 10 comunidades tienen que cambiar la red instalada hace 30 años y el sarro ha reducido su capacidad de conducción, provocando escasez en los hogares.
“Confiamos en que vamos a encontrar apoyo en el Sanaa. Sus autoridades nos han prometido gestionar fondos para desarrollar el proyecto de mejoras”.
Explicó que en varias ocasiones se han reunido con Denis Gutiérrez, encargado del proyecto de acueductos rurales del Sanaa y enlace con la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), para ultimar detalles sobre el tema.Castro lamentó que las autoridades del Gobierno encargadas de proteger el ambiente no hagan nada para frenar la deforestación de varias fuentes de agua en la montaña y la invasión de los terrenos donde se encuentran estas.
Denis Gutiérrez manifestó que los pobladores de Santa Rita son un gran ejemplo de organización. Por ello trabaja con ellos para renovar sus redes.
Pero no solo las aldeas trabajan por tener mejor agua. En el casco urbano y con el apoyo internacional se ejecuta un proyecto de agua con un valor de 76 millones de lempiras.
El sistema que comprende la instalación de una nueva red y varios tanques de almacenamiento accionados por bombeo está bien avanzado y se espera que la obra esté culminada en diciembre de 2014.
Para evitar la escasez y proveer de agua de calidad a los habitantes de la zona rural las 24 horas del día, la asociación de juntas administradoras de ese recurso en el municipio de Santa Rita busca ante el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) y organismos internacionales apoyo financiero para sustituir la tubería.
Las acciones de ese grupo organizado en 2003 han permitido la reducción satisfactoria de las enfermedades gastrointestinales, detalla Dolores Maradiaga, técnica de la Secretaría de Salud en Santa Rita.
“Cuando no existían estas juntas administradoras y protectoras de las fuentes de agua nos llegaban al centro de salud entre 8 y 10 pacientes a la semana con problemas estomacales por la mala calidad del líquido. Eso quedó en el pasado”, expresó.
Los dirigentes y representantes de 26 aldeas y colonias que reciben el agua por gravedad de fuentes abiertas que nacen en la parte alta de la montaña se reunieron para celebrar su 11 aniversario y discutir sus problemas, entre ellos la deforestación y el mal estado de las redes.
Maradiaga agregó que como entidad interesada en vigilar la calidad del líquido que consume la población han logrado que todas esas comunidades envíen muestras a los laboratorios para verificar que es de buena calidad y evitar enfermedades.
Orlando Castro, presidente de esas juntas, dijo que lo que han logrado se debe al esfuerzo de los habitantes que puntualmente pagan sus cuotas por el servicio. Ese dinero es devuelto en mejoras del sistema.
Preocupación
El dirigente agregó que en al menos 10 comunidades tienen que cambiar la red instalada hace 30 años y el sarro ha reducido su capacidad de conducción, provocando escasez en los hogares.
“Confiamos en que vamos a encontrar apoyo en el Sanaa. Sus autoridades nos han prometido gestionar fondos para desarrollar el proyecto de mejoras”.
Explicó que en varias ocasiones se han reunido con Denis Gutiérrez, encargado del proyecto de acueductos rurales del Sanaa y enlace con la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), para ultimar detalles sobre el tema.Castro lamentó que las autoridades del Gobierno encargadas de proteger el ambiente no hagan nada para frenar la deforestación de varias fuentes de agua en la montaña y la invasión de los terrenos donde se encuentran estas.
Denis Gutiérrez manifestó que los pobladores de Santa Rita son un gran ejemplo de organización. Por ello trabaja con ellos para renovar sus redes.
Pero no solo las aldeas trabajan por tener mejor agua. En el casco urbano y con el apoyo internacional se ejecuta un proyecto de agua con un valor de 76 millones de lempiras.
El sistema que comprende la instalación de una nueva red y varios tanques de almacenamiento accionados por bombeo está bien avanzado y se espera que la obra esté culminada en diciembre de 2014.