24/11/2025
01:59 PM

Revés en la OEA para Venezuela, Argentina y Nicaragua

Estados Unidos, Canadá, Bahamas, Costa Rica y Perú se abstuvieron de determinar cuál será su posición sobre el resultado de las elecciones presidenciales en Honduras.

    Estados Unidos, Canadá, Bahamas, Costa Rica y Perú se abstuvieron de determinar cuál será su posición sobre el resultado de las elecciones presidenciales en Honduras, posición que impidió una la nueva condena contra este país que buscaban Argentina, Venezuela y Nicaragua, gobiernos que insistían en la inclusión de un artículo en el que se dejara claro que la Organización de Estados Americanos, OEA, no reconocería el proceso electoral que se avecina si éste no es liderado por el ex mandatario Manuel Zelaya en la presidencia. Brasil propuso remitir el tema a la ONU.

    Esa asamblea de “emergencia” de la OEA estaba encaminada a conseguir esta nueva sanción. José Miguel Insulza, secretario de la organización, consideró que la situación se había agravado tras los hechos recientes y estimó imposible el restablecimiento del orden constitucional y la realización de elecciones legítimas.

    “En ningún país es posible conciliar los dos procesos que están en marcha (estados de sitio y elecciones democráticas)”, afirmó el diplomático.

    La asamblea se calentó cuando el representante de Washington, si bien llamó “deplorables” las acciones del gobierno de Roberto Micheletti -que expulsó a una delegación enviada por la entidad y decretó el estado de sitio por 45 días-, catalogó de “estupidez” la decisión del ex presidente de regresar el país sin que existiera un acuerdo previo y regañó a los países que facilitaron su retorno.

    Según el representante de EUA, Lewis Amsalem, estos países serían además responsables, parcialmente, de la situación. “El regreso de Zelaya a Honduras fue tonto (foolish) y tampoco le sirve a nadie. Los que facilitaron su regreso tienen responsabilidad especial por esa nueva crisis”, dijo. Aunque no mencionó a ninguna nación por nombre propio, se sabe que Zelaya está asilado en la embajada de Brasil.

    También les envió un torpedo a Venezuela y a otros en la región al comentar que las justificaciones del régimen para cerrar medios de comunicación seguían la misma lógica que han usado otros recientemente, publica el diario El Tiempo de Colombia, en su crónica de la reunión.

    El estadounidense le pidió a Zelaya que desista de sus acusaciones locas, “como si estuviera en una película de Woody Allen”, y a los países les solicitó abstenerse de nuevas acciones que exacerben los ánimos.

    Pero luego llegó el turno para Brasil que, a través de su embajador Ruy Casaes, elevó el tono aún más. Primero desmintió que su país haya propiciado el regreso de Zelaya -como lo insinúa el régimen-. Según éste, Zelaya llegó por su cuenta a la sede y no había otra opción distinta a recibirlo. Acto seguido describió la situación como una amenaza para la paz internacional y sugirió llevar el tema ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

    Aunque la cancillería brasileña ya había pedido una reunión de la ONU para evaluar la situación de su embajada en Tegucigalpa, en este caso Brasil dio a entender que tiene otras cosas en mente.

    “Ha llegado el momento de dar un paso adelante. Me temo que se ha agotado todo lo que la OEA puede hacer. Hay una amenaza a la paz internacional y la comunidad debe responder de manera inequívoca y cortante”, dijo. De acuerdo con éste, además, resulta claro que el gobierno de facto no tiene interés alguno en negociar.

    En los corredores de la OEA se oyó decir que Brasil lo que busca es una fórmula similar a la que se empleó contra Haití cuando el Consejo de Seguridad autorizó el uso de la fuerza para derrocar al gobierno golpista de Raoul Cedras en 1994, agrega la crónica de El Tiempo.

    Los demás países se sumaron a la condena por la expulsión de la delegación de la OEA y a la imposición del estado de sitio. El tema volvió a fracturar a la OEA, que tardó muchas horas en la búsqueda de un consenso.