Pequeños empresarios de la madera de Atlántida han logrado consolidarse como proveedores de muebles de Dinamarca por manejar responsablemente los bosques y preservar la diversidad biológica.
Todos los años, la Cooperativa Regional de Servicios Agroforestales de Colón, Atlántida, Honduras Limitada (Coatlahl), que agrupa a más de 60 miembros, exporta mesas, sillas y hasta souvenirs a Dinamarca, uno de los mercados europeos que exige conservar y utilizar sosteniblemente los bosques.
Mario Díaz, presidente de esa organización, afirma con suma satisfacción que “aprovechar la madera de los bosques de forma responsable permite abrir las puertas de los mercados extranjeros y obtener ganancias para mejorar la vida de las personas en comunidades rurales”.
“Si manejamos los bosques responsablemente podemos exportar a cualquier parte del mundo”: Mario Díaz, presidente de Coatlahl
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Las cuatro organizaciones que integran la Coatlahl poseen títulos de usufructo y, mediante planes de manejo de 10 años extendidos por el Instituto de Conservación Forestal (ICF), aprovechan los recursos de los bosques.
Coatlahl posee certificaciones FSC (Forest Stewardship Council) que les garantizan a los consumidores que los productos comprados proceden de fuentes administradas ambiental y socialmente responsables.
Supervisión
FSC supervisa a todas las organizaciones certificadas del mundo y no permite prácticas silvícolas destructivas.
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Flores explica que esta organización posee dos certificados FSC, uno “sobre manejo forestal y otro de cadena de custodia”.
Diana Flores muestra una artesanía que fabrican a petición de compradores de Dinamarca.
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Coatlahl, fundada en 1978, realizó la primera exportación de muebles en 2004 y desde entonces ha sido proveedor de empresas de Dinamarca y España.
En el taller ubicado en La Ceiba, Coatlahl produce muebles de maderas exóticas que tienen como destino mercados europeos, donde los consumidores exigen certificaciones como el FSC.
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“Las comunidades no deben destruir los bosques, deben cuidarlos y aprovecharlos. Si se organizan en cooperativas, podrán producir y al final del año podrán repartirse excedentes para el desarrollo de las personas y dar empleo a sus familiares”, manifiesta Díaz.
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