En la aldea El Sile del municipio de Gracias, Lempira, la familia Calderón realizaba trámites para poder repatriar el cuerpo de José Antonio Calderón Orellana, uno de los hondureños que supuestamente había sido asesinado junto a dos compatriotas en México, cuando una llamada telefónica cambió el dolor y angustia por una inmensa alegría.
“Mi amor, estoy vivo, no se preocupen...”, estas palabras hicieron llorar y gritar de felicidad a Santos Aracely Calderón, la esposa de José Antonio a quien todos daban por muerto luego que las autoridades mexicanas encontraran su tarjeta de identidad junto a tres hondureños asesinados la noche del pasado domingo a su paso por Tabasco, México.
LA PRENSA dialogó con la mujer y en conversación telefónica relató, aún emocionada hasta las lágrimas, lo que su esposo le había relatado horas atrás. “Me dijo que él estaba en el grupo de los hondureños que mataron, sólo que el logró escapar, y como le quitaron sus cosas, por eso su identidad quedó en el lugar”, dijo Santos Aracely. “Lo que sí me aseguró Toño es que la muchacha y los otros dos hombres que mataron son hondureños que se habían conocido en el camino”, agregó.
La plática fue corta debido a que en el Instituto Nacional de Migración (INM), sólo le permitieron hablar por dos minutos.
“Gracias a Dios la llamada nos da paz porque mi esposo está vivo, es el mejor regalo que recibimos después que lloramos pensando que había muerto, nuestros hijos estaban inconsolables y ahora lloramos pero de la felicidad de tenerlo de nuevo en la casa”, relataba a LA PRENSA Santos Aracely. Según lo comunicado por José Antonio, el viaje de retorno al país esta programado para el fin de semana.
Dolorosa espera
Contrario a la felicidad que embargaba a los familiares de José Antonio Calderón Orellana, en una colonia capitalina, el dolor, la angustia y desesperación envuelve a la humilde familia de Kenia Carolina Galeas Gómez que a cinco días de su asesinato en México no tienen una respuesta clara de las autoridades de la Cancillería hondureña para una posible repatriación de sus restos mortales.
LA PRENSA conoció, a través de los familiares de la víctima, que la Cancillería se comprometió a realizar los trámites de repatriación del cadáver de la joven; pero no tienen fecha establecida.
“Ya hicimos lo que nos pidieron, ellos dicen que debemos esperar el cuerpo de mi cuñada. Lo que nosotros esperamos es que ellos paguen los gastos porque nosotros no tenemos ni un cinco”, dijo Delmi Castillo, cuñada de la víctima. Tras conocer la trágica noticia del crimen de Kenia Carolina, los dolientes, aseguran que han tocado las puertas, incluso de Casa Presidencial, en busca de ayuda económica para los gastos fúnebres; pero nadie les atendió.
“Hemos pedido ayuda al Partido Nacional, del cual Kenia fue gran activista; pero por ahora sólo hemos llenado papeles, y confiamos en que nos cumplan lo que nos han prometido”, agregó Delmi. Lo que más preocupa a los dolientes es sobre el futuro de los hijos de Kenia, un niño de 8 y una niña de 3 años, quienes han quedado en la total orfandad.
“Yo le pido a la Primera Dama que nos ayude a velar por el futuro de estas criaturas. Nosotros tenemos deseos de ayudarlos, pero somos una familia muy pobre. Espero que las autoridades no se olviden de esos niños”, suplicó la mujer.
Sobrevivientes
Entretanto, los tres sobrevivientes que lograron huir de la masacre de ilegales, ayer fueron enviados vía aérea desde Villahermosa, Tabasco, a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración, INM, en la ciudad de México de donde serán enviados a Honduras.
Horas antes de que los migrantes fueran llevados al aeropuerto fueron trasladados a la Procuraduría General de la República, PGR, que realiza las investigaciones sobre el brutal asesinato de tres indocumentados. Los sobrevivientes son Elkin Donaldo Padilla. Eblin Alexander Juárez Cardona y José Antonio Calderón Orellana.
Cancillería guarda silencio
A cinco días del asesinato de tres hondureños en Tabasco, México, las autoridades encargadas de hacer algún tipo de pronunciamiento continúan apáticas.
La Cancillería de la República se ha silenciado y no ha efectuado ni siquiera un boletín de prensa condenando el brutal crimen.
Se desconoce si las autoridades han enviado alguna delegación a Vistahermosa, Tabasco, adonde se encuentran los cadáveres de tres hondureños, del que sólo esta identificado el de Kenia Carolina Galeas Gómez. Los otros dos cuerpos permanecen como desconocidos.
Los tres sobrevivientes sólo han recido apoyo de las autoridades mexicanas.