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Inmigrantes se quejan de abusos en Houston

  • 03 diciembre 2008 /

La hondureña Reyna Martínez quería ayudar a Texas a recuperarse del paso del huracán Ike y de paso ganar buen dinero.¿Ha sido víctima de abusos?

    La hondureña Reyna Martínez quería ayudar a Texas a recuperarse del paso del huracán Ike y de paso ganar buen dinero.

    Durante semanas, viajó en autobús desde Houston a Galveston, donde trabajó 15 horas diarias reparando techos, sacando agua y removiendo escombros de los terrenos de una escuela.

    Le prometieron 11 dólares por hora, pero después de la primera semana, el contratista se negó a pagarle a los trabajadores. Martínez, quien tiene 30 años, dijo que muchos de los trabajadores no tenían dónde vivir ni qué comer, por más que el contratista les había prometido alojamiento y comida.

    Defensores de los trabajadores dicen que estas historias son bastante frecuentes: cientos de personas que fueron contratadas para remover escombros, reparar techos y hacer otras tareas en edificios inundados dicen que les robaron sus sueldos y quedaron a la intemperie, a veces con lesiones sufridas mientras trabajaban.

    Ya se habían visto abusos de este tipo tras el paso de Katrina en Nueva Orleáns y ahora se están repitiendo,en Houston y otras ciudades de Texas azotadas por Ike, según agrupaciones defensoras de los trabajadores.

    Hay quienes dicen que fueron traídos de otras ciudades de Estados Unidos con la promesa de que se les daría techo, y que terminaron durmiendo a la intemperie, sobre aceras de cemento. Otros afirman que contrajeron infecciones en la piel y los ojos por trabajar en edificios contaminados sin ninguna protección.

    Abundan también los que denuncian que les robaron sus sueldos o les pagaron menos que lo prometido, según Laura Boston, del Houston Interfaith Worker Justice Center.

    'Estos trabajadores ayudaron a limpiar la ciudad y a ponerla nuevamente de pie. Durante dos o tres semanas estuvieron en contacto con aguas contaminadas y edificios inundados, y luego fueron abandonados', expresó Francisco Argüelles, coordinador de los entrenamientos que ofrece el centro.

    El organismo, que defiende los derechos de trabajadores con bajos ingresos, dijo que tomará meses conseguir que le paguen a esta gente y que en nueve de cada diez casos, el dinero no es recuperado.

    El centro maneja seis casos en los que se privó a los trabajadores de cientos de miles de dólares en sueldos o se les negó el alojamiento prometido.

    'Había gente desesperada. No podían comprar comida ni medicina para sus hijos ni sus padres', manifestó Argüelles. 'A veces tienen que decidir entre comer o pagar el alquiler y terminan siendo desalojados de sus viviendas'.

    En algunos casos, los mismos contratistas sobre los cuales pesan denuncias de abusos de trabajadores en Nueva Orleáns son denunciados por sus manejos en Texas, de acuerdo con el centro.

    A fines de noviembre, el Departamento del Trabajo dijo que investigaría denuncias de que los contratistas estaban maltratando a empleados que trabajaban en la reparación de techos.

    Abusos contantes
    Esta no es la primera vez que surgen denuncias de abusos. El Interfaith Worker Justice de Chicago dice en un informe que personas que trabajaron en Nueva Orleáns en el 2005 tras el paso de Katrina también sufrieron abusos y fueron explotados.

    El informe, basado en el estudio de las condiciones laborales en 218 obras de reconstrucción en el verano del 2006, dice que en un 47% de ellas se reportó que los trabajadores no recibieron todo el dinero que se les debía. Un 55% de los trabajadores dijeron que no se les pagaron las horas extras.

    En Texas, después de Ike, una empresa de la Florida, Timberwood Carpentry, reclutó unos mil trabajadores en ese estado, en Misisipí, Luisiana, Georgia y Texas para colaborar en la limpieza y reparación de Port Arthur y Galveston. Ofreció alojamiento, comida, transporte y trabajo por varios meses, según Boston.

    Sin embargo, cuando los trabajadores llegaron a Port Arthur se encontraron con que no había hoteles y tuvieron que dormir a la intemperie o en automóviles. Unos 160 trabajadores denunciaron el robo de 121.681 dólares por parte del contratista, de acuerdo con el Houston Interfaith Worker Justice Center. De esa suma, se recuperaron tan solo 35.770 dólares.

    Timberwood Carpentry no respondió a mensajes pidiendo comentarios el martes. La hondureña Martínez fue contratada por Timberwood y dijo que, además de que no le pagaron todo lo que le debían, sufrió una reacción alérgica al moho y las bacterias que había en la escuela.

    Indicó que se le dio guantes y máscaras a los trabajadores, pero no uniformes protectores, y que el contratista se negó a pagar su tratamiento médico.

    Martínez el final consiguió que le pagasen casi todo lo que le debían, aunque todavía le adeudan 170 dólares de un día de trabajo. La mayoría de sus compañeros, no obstante, no vieron un centavo.

    'Ese es dinero perdido. No tengo la menor esperanza de verlo', expresó la hondureña, quien ahora trabaja en la limpieza de casas.