San Pedro Sula, Honduras.
La violencia y el desempleo siguen siendo las causas por las que gran cantidad de jóvenes ven en la emigración una oportunidad de salir adelante.
En su mayoría son hombres, originarios de barrios y colonias de San Pedro Sula, El Progreso y La Lima.
La Comisión de Acción Social Menonita (Casm) ha servido a través de su programa de apoyo a más de 200 muchachos que fueron deportados desde Estados Unidos.
Los han orientado en carreras técnicas, capacitaciones y los preparan para que no vean la migración como una salida, sino que se conviertan en emprendedores y tengan sus propios negocios.
Suyapa Uclés, gerente de programas de la Casm, dice que como institución tienen un mandato de trabajo de ayuda humanitaria y refiere que en 2014 se decretó la emergencia para la niñez migrante.
“Trabajamos con otras organizaciones internacionales y el Gobierno para el apoyo en el recibimiento de unidades familiares que llegan vía terrestre y aérea. Nos hemos dado cuenta que estar en el albergue solo es un paliativo y está bien porque se necesita, pero es urgente un abordaje más integral de este problema.
El programa de reinserción se relaciona también con la formación profesional, sobre todo en el área técnica. En este punto se asisten jóvenes hasta de 25 años de edad.
Inclusión
Nelson García Lobo, director de Casm, señala que la zona del Valle de Sula es la más expulsora de población migrante.
Cada día llega un número alto de niños y unidades familiares a la ciudad, así como a Omoa.
García Lobo menciona que los gobiernos locales juegan un papel importante en la definición de acciones para prevenir la migración en condiciones de riesgo y promover la reinserción de las personas.
Indicó, que es importante que se tome conciencia sobre la relevancia del proceso de inclusión migratoria en la agenda de los gobiernos locales del Valle de Sula.
La violencia y el desempleo siguen siendo las causas por las que gran cantidad de jóvenes ven en la emigración una oportunidad de salir adelante.
En su mayoría son hombres, originarios de barrios y colonias de San Pedro Sula, El Progreso y La Lima.
La Comisión de Acción Social Menonita (Casm) ha servido a través de su programa de apoyo a más de 200 muchachos que fueron deportados desde Estados Unidos.
Los han orientado en carreras técnicas, capacitaciones y los preparan para que no vean la migración como una salida, sino que se conviertan en emprendedores y tengan sus propios negocios.
Suyapa Uclés, gerente de programas de la Casm, dice que como institución tienen un mandato de trabajo de ayuda humanitaria y refiere que en 2014 se decretó la emergencia para la niñez migrante.
“Trabajamos con otras organizaciones internacionales y el Gobierno para el apoyo en el recibimiento de unidades familiares que llegan vía terrestre y aérea. Nos hemos dado cuenta que estar en el albergue solo es un paliativo y está bien porque se necesita, pero es urgente un abordaje más integral de este problema.
El programa de reinserción se relaciona también con la formación profesional, sobre todo en el área técnica. En este punto se asisten jóvenes hasta de 25 años de edad.
Inclusión
Nelson García Lobo, director de Casm, señala que la zona del Valle de Sula es la más expulsora de población migrante.
Cada día llega un número alto de niños y unidades familiares a la ciudad, así como a Omoa.
García Lobo menciona que los gobiernos locales juegan un papel importante en la definición de acciones para prevenir la migración en condiciones de riesgo y promover la reinserción de las personas.
Indicó, que es importante que se tome conciencia sobre la relevancia del proceso de inclusión migratoria en la agenda de los gobiernos locales del Valle de Sula.