20/05/2025
11:43 PM

Cansados de los abusos

Eran las ocho de la mañana del lunes 28 de enero y permanecía cerrada la sede del consulado de Honduras en la ciudad de Norcross. Afuera, personas con todo y maletas esperaban ser atendidas para pedir un salvoconducto. Poco a poco y a pesar de la baja temperatura en la ciudad, más hondureños continuaban llegando.

Foro abierto

    Eran las ocho de la mañana del lunes 28 de enero y permanecía cerrada la sede del consulado de Honduras en la ciudad de Norcross. Afuera, personas con todo y maletas esperaban ser atendidas para pedir un salvoconducto. Poco a poco y a pesar de la baja temperatura en la ciudad, más hondureños continuaban llegando.

    Burocracia

    La pregunta era la misma: ¿A qué horas abren? El equipo de LA PRENSA permaneció junto a los hondureños fuera del consulado. Faltaban unos minutos para las diez de la mañana y la oficina abrió sus puertas; un grupo de hondureños procedentes de Atlanta, Tennessee, Carolina del Norte y del Sur llegaron a protestar para llamar la atención del gobierno hondureño y pedir que mejore la atención en esas oficinas.

    Cada hondureño contaba su historia, todas con matices de ira, impotencia y resentimiento. El malestar contra el consulado era generalizado y se hizo sentir en la protesta frente al edificio consular donde permanecieron varias horas entonando el Himno Nacional.

    Los catrachos portaban pancartas con mensajes contra el consulado y pedían a gritos atención a sus demandas. Con la bandera hondureña ondeando, el líder de la protesta, Martín Javier Altamirano, dice que ha sufrido en carne propia la negligencia de la oficina.

    Dijo que los hondureños que solicitan servicios merecen respeto, honestidad y dignidad.

    'Somos víctimas de atropellos de muchos agentes diplomáticos que tenemos acá y no es justo porque aquí nos atienden de manera diferente y nuestra propia gente nos trata mal', dijo la hondureña Norma Muñoz.

    Apoyo

    Mientras la protesta se desarrollaba afuera, los ciudadanos que ingresaron a realizar los trámites salieron molestos porque no pudieron obtener sus documentos.

    'Nos dijeron que el sistema se cayó y no podían hacer nada', dijo Julián Elvir. Durante la protesta, los catrachos mencionaron una serie de supuestas irregularidades, como el maltrato de los empleados de esa oficina, la no entrega de recibos por servicios pagados, los abusos en los cobros, e incluso, que el esposo de la cónsul Rosie Juárez, identificado como Mario Pineda, tenga más autoridad que su esposa.

    Otra de las denuncias que a la mayoría repudiaba es que el agregado de prensa de ese consulado, identificado como Marco Antonio Rosa Juárez, sobrino de la cónsul, no ejerza sus funciones como se debe y devengue un salario de 3,061 dólares, más de 50 mil lempiras mensuales.