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Epidemia de obesidad se dispara en América Latina y el Caribe

  • 18 mayo 2019 /

En Honduras, las mujeres han engordado una media de 12 libras en los últimos 30 años

    San Pedro Sula, Honduras.

    La obesidad y el sobrepeso se han convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina.

    Más de 300 millones de personas en la región tienen un peso mayor al recomendado por las entidades de salud dando pie a una epidemia que avanza mayoritariamente en las poblaciones rurales.

    Según un estudio del Imperial College de Londres que analizó el peso de más de 112 millones de personas en 200 países, la población mundial ha engordado entre 5 y 6 kilos por persona en los últimos 31 años.

    El informe, publicado por la cadena británica BBC, define a una persona obesa como alguien con una alta proporción de grasa corporal y un índice de masa corporal (BMI) de más de 30.

    LEA: En Honduras el 52% tiene sobrepeso y 20% obesidad

    Sépalo

    Cada año mueren en el mundo al menos 2.8 millones de personas por sobrepeso y obesidad, según la OMS. El aumento de la obesidad mórbida, la más peligrosa para la salud, preocupa enormemente a los investigadores. En los últimos años esta pasó de 0.2% a 2.3%, lo que representa 1.000% de aumento.

    Las personas con obesidad mórbida tienen 14 veces más riesgo de un ataque al corazón y 12 veces más peligro de morir antes de los 70 años, que quienes tienen peso normal.

    Y la gran mayoría de países que han registrado un mayor aumento en el porcentaje de obesos se encuentra en América Latina.

    En Honduras, el índice de obesidad creció de manera alarmante en los últimos dos años, alcanzando el 55.8%, informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

    El informe Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2018, elaborado junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (WFP), establece que el 51.8% de los hombres hondureños sufren sobrepeso u obesidad mientras que en las mujeres alcanza 59.5%.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa, perjudicial para la salud que puede llevar al desarrollo de varios tipos de enfermedades, incluyendo la diabetes, hipertensión y padecimientos cardiovasculares.
    La OMS insta a la población a adquirir hábitos alimenticios saludables que incluyan menos carnes y más frutas, verduras y granos.

    En los últimos 30 años, los índices de obesidad se han incrementado en un 17% entre las mujeres hondureñas, que han subido un promedio de 12 libras por metro cuadrado, mientras que los hombres alcanzan el 12%. En los menores de 5 años, la obesidad afecta al 5.2%.

    La directora regional de la Unicef, María Cristina Perceval, afirmó que la obesidad infantil también tiene una mayor incidencia entre los sectores más pobres.

    “Estos se enfrentan a condiciones de alta vulnerabilidad social y económica y sufren el acceso inequitativo a servicios de salud y a dietas saludables”, señaló.

    En el otro extremo, la desnutrición crónica afecta al 42 % de los niños de familias de bajos ingresos y solo al 8 % de los que viven en mejores condiciones.

    “Las tasas alarmantes de sobrepeso y obesidad en América Latina y el Caribe deben convertirse en un llamado de atención a los gobiernos para que introduzcan políticas que aborden todos los tipos de malnutrición”, afirmó Eve Crowley, representante regional de la FAO a la BBC.

    Causas.

    Las autoridades indicaron que esta epidemia ha crecido, en gran parte, debido a cambios en los patrones alimentarios, a un mayor consumo de alimentos procesados altos en azúcar, grasas y sodio, así como una desregulación del mercado, rápido crecimiento económico y la falta de actividad física.

    Los expertos afirman que las causas y los factores que producen el sobrepeso y la obesidad son tan complejos y multidimensionales que requieren de una participación y compromiso de la mayoría de actores sociales posibles en los campos de salud, educación, agropecuaria, protección social, ambiente, cultura, turismo, inversión, deporte, recreación, academia y otros.

    La desigualdad social es otro de los factores que contribuyó al alarmante aumento de la obesidad en las últimas décadas, según los investigadores británicos.

    Sorprendentemente, más del 55% del aumento global en el IMC desde 1980 proviene de poblaciones rurales. En algunas regiones de ingresos bajos y medios, esto aumenta a más del 80%.

    En contra del pensamiento generalizado que vincula la obesidad con estilos de vida urbanos, el informe del Imperial College descubre que no es así y podría tener “profundas implicaciones para las políticas de salud pública”, aseguran sus autores.

    350
    millones de personas, equivalente al 60 % de la población de América Latina y el Caribe, sufren de sobrepeso u obesidad, según datos recientes de la OMS y la FAO.

    El profesor Majid Ezzati, que lideró la investigación, apunta que ese criterio se puede deber a que, a la vez que han ido aumentado las tasas globales de obesidad, más personas se han trasladado a vivir a las ciudades.

    Esto ha llevado a esa visión errónea de que el estilo de vida urbano es un importante impulsor del sobrepeso. Sin embargo, esto solo lo apoyan “estudios que tienden a ser pequeños y en períodos cortos de tiempo”.

    “Los resultados de este estudio global anulan la percepción generalizada de que las personas que viven en ciudades son la causa principal del aumento global de la obesidad”, explica Ezzati. “Esto significa que debemos repensar cómo abordamos este problema de salud global”.

    Alimentación.

    Los investigadores buscan ampliar la ayuda internacional para luchar contra la desnutrición y para mejorar el acceso a alimentos más saludables en las comunidades rurales y urbanas más pobres. Y es que en 2017, una de cada cinco muertes en el mundo estuvo relacionada con una mala alimentación, ya fuera por un consumo excesivo de sal, azúcar o carne y por carencias en cereales integrales y frutas.

    El estudio, divulgado en The Lancet, es claro: “Una mala alimentación es el principal factor de obesidad y de riesgo” de muerte prematura en el mundo, según el investigador Christopher Murray, que dirige el Instituto de Metrología y Evaluación de la Salud, organismo financiado por la fundación Bill y Melinda Gates.

    “La falta de fruta, verdura y cereales en nuestra alimentación” es una constante en el mundo, así como el “exceso de sodio”, subraya.

    El informe también subraya el vínculo entre alimentación, medioambiente y cambio climático.

    “Estos tres fenómenos interactúan: el sistema alimentario no es solo responsable de las pandemias de obesidad y desnutrición, sino que además genera entre 25 y 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero”, aseguran los especialistas, que apuntan en particular a la ganadería.

    Para alimentar de manera sana a los 10,000 millones de seres humanos con los que la Tierra contará en 2050 y proteger a la vez el medioambiente, uno de estos estudios ya preconizaba dividir por dos el consumo mundial de carne roja y de azúcar, así como doblar el de fruta, verdura y nueces.

    Actividad física.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a combatir la obesidad desde la cuna, publicando por primera vez una guía sobre actividad física, sedentarismo y sueño para niños de cero a cuatro años. Los expertos de la OMS recomiendan menos tiempo en las pantallas para los menores. Para los adolescentes y adultos, los investigadores afirman que al menos 30 minutos de actividad física diaria ayudan a contrarrestar la obesidad.

    En caso de que no pueda hacer ejercicio, el simple hecho de estar de pie también es beneficioso

    El informe también incluye recomendaciones de tiempo mínimo de “sueño de calidad”, un factor muy importante para prevenir la obesidad.