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La universidad es un sueño para tolupanes en Montaña de la Flor

  • 26 agosto 2018 /

Los alumnos logran el bachillerato en humanidades, pero no hay dinero para ir a la universidad.

    Francisco Morazán, Honduras

    Carencias de infraestructura, de personal docente y material didáctico parece ser la constante que están enfrentando los centros educativos de la etnia tolupán. Aquí la voluntad de los docentes y padres de familia es la que abre paso para que sus alumnos e hijos terminen el nivel básico y opten a un bachillerato en humanidades, que a través del Instituto Hondureño de Educación por Radio (Iher) les permite obtener un título.

    Pero la universidad es algo inalcanzable, no hay opciones para que salgan de sus comunidades a las ciudades a cursar estudios superiores, el ingreso de los padres no alcanza, y ante eso el talento de muchos jóvenes se ve diezmado.

    Cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) refiere que el 46.6% de los jóvenes tiene participación económica en sus hogares y esto les limita para continuar con sus estudios, deben trabajar la tierra para ganarse el sustento.

    “Hablar de que los jóvenes al graduarse de bachilleres irán a la universidad es soñar. Aquí no tienen acceso, no hay ayudas ni becas que puedan impulsar el talento de muchos jóvenes que se quedan con el deseo de superarse”, explicó Maira Isabel Amaya, maestra del centro básico Rubén Martínez Rodas, de San Juan.

    El 46.6% de los jóvenes apoya la economía de las familias y trabajan

    Pese a las limitaciones, los maestros impulsan pequeños proyectos para inculcar en los alumnos el cuidado del ambiente.

    Necesidades

    En las 31 tribus de la etnia hay 56 escuelas primarias, siete centros básicos y 18 escuelas del Programa Hondureño de Educación Comunitaria (Proheco). Esos centros educativos cuentan con 384 maestros.

    Son varias las necesidades que tienen, como la construcción de más aulas es una prioridad, así como las estructuras de los docentes, la mayoría están en calidad de interinato, con plazas de otras escuelas y pese a la petición de traslado que han hecho ante las autoridades departamentales, aseguran que no han logrado que las plazas pasen a este centro en San Juan. “Hace tres años nos construyeron un laboratorio de computación y una bodega, pero con el crecimiento de la población escolar la necesidad de aulas es una prioridad. Con los padres construimos una de bahareque y en ese lugar reciben clases los alumnos de séptimo y octavo grado”, contó la maestra.

    Pese a las limitaciones, los maestros impulsan pequeños proyectos para inculcar en los alumnos el cuidado del ambiente y han construido su vivero, donde tienen especies frutales y maderables, con las que van reforestando las comunidades.

    Los maestros de las tribus tolupanes están buscando alternativas para paliar las necesidades y han encontrado en organizaciones internacionales buenos aliados para dar paso a proyectos que mejoren las condiciones en las escuelas y provean el material para apoyar a los niños a quienes se les hace difícil comprar sus útiles escolares. En medio de las limitaciones, los niños buscan aprender.

    Danilo Bustillo, tolupán de la tribu San Juan.

    Danilo sueña con estudiar en la Escuela de Bellas Artes

    Santos Danilo Bustillo cursa el noveno grado en la comunidad de San Juan y desde niño le apasionó dibujar. Sin embargo, tuvo que dejar su pasión para dedicarse a trabajar la tiera y apoyar a sus padres.

    Tras convencer a su padre regresó a la escuela y de inmediato comenzó a llenar sus cuadernos de dibujos que perfeccionaba cada día.

    Es un talento nato, pero un día sus maestros le dieron la oportunidad de pintar y en la pared de la escuela imprimió el dibujo de un tucán que pintó de vistosos colores. “El dibujo lo llevo en la sangre y pintar para mí es mi pasión.

    Los maestros me dicen que debería estudiar en Bellas Artes en Tegucigalpa, pero mi familia no puede sostenerme, ojalá alguien me diera la oportunidad”, dijo el joven tolupán que pide una oportunidad para superarse y estudiar lo que le gusta.