REDACCIÓN. Los tacones forman parte importante en la vida de las mujeres, ya que proporcionan un mayor nivel de elegancia y feminidad.
No obstante, el uso prolongado suele traer graves consecuencias muy difíciles de contrarrestar, por lo tanto los expertos recomiendan evitar el uso cotidiano de zapatos altos para no sufrir los daños.
Si ponemos en una balanza el peso de la vanidad versus cuidar la salud, definitivamente la segunda opción es más importante.
La doctora Myriam Abascal, especialista en medicina física y rehabilitación, explica que los problemas inician desde el momento en que se calza un zapato de tacón alto, ya que el uso de este altera el patrón de marcha de la persona desde el primer paso.
“Quienes utilizan este tipo de calzado dan pasos cortos y forzados, lo que agrega más presión sobre la articulación de la rodilla.
En casos extremos y de mucho tiempo de evolución del uso de tacones altos desencadena la aparición de osteoartritis, es decir, erosión del cartílago, lo que causa que estos hagan fricción entre sí”, indica.Consecuencias.
Al utilizar tacones altos, el cuerpo debe ajustar su centro de gravedad para compensar el tamaño del tacón.
El tendón de Aquiles y los gastronemios son otras estructuras anatómicas que sufren daño y cambios en su morfología, ya que deben adaptarse al desmedido aumento de presión que se ejerce sobre ellos.
Asimismo, los dedos de los pies pueden experimentar daño por el uso desmedido de zapatos altos, entre ellos, el desarrollo de Hallux Valgus (juanete).
“En el caso de las mujeres que llegan a desarrollar juanetes y osteoartritis, estos efectos son permanentes y lo único que se puede hacer es minimizar el uso de los tacones.
El dolor de la región lumbar, caderas y deformidad en la zona de los gastronemios pueden mejorar con el simple hecho de modificar el calzado”, señala la experta.
“Entre más alto el tacón, mayor es el riesgo de dolor en la espalda baja, caderas y rodillas”.
PREVENCIÓN
El doctor Hugo Martínez, especialista en ortopedia y traumatología, sugiere modificar la altura del tacón, utilizar zapatos con punta ancha que vayan acorde con la anatomía de su pie.
Así como disminuir la cantidad de tiempo de uso de tacones altos. “Mientras más bajo sea el tacón y menor la frecuencia de uso, menor será el riesgo de ellas en sufrir deformidades y dolor crónico en los pies”, asegura el médico.
CONSEJOS PARA COMPRAR TACONES
El doctor Martínez recomienda el uso de un tacón moderado (máximo 4 cm); además, sugiere que el calzado sea ancho, flexible en sentido transversal y rígido en sentido longitudinal.
Esto no solo ayudará a evitar los problemas antes mencionados, sino también caídas y esguinces.
Por otro lado, la Asociación Americana de Pediatría (Apma) señala que se debe esperar que las niñas alcancen los 16 años o más para usar tacones, ya que para esta edad los discos de crecimiento se han cerrado por completo y el pie ha dejado de crecer, también los músculos de las piernas y pies se han desarrollado por completo y pueden tolerar más estrés.
“Tanto las niñas como los padres deben estar al tanto de los problemas que el uso de este tipo de zapatos provoca, por lo que se aconseja mínimo uso.
Sin embargo, puede hacer uso de estos muy esporádicamente; ejemplo, en fiestas de graduación o quince años, pero no para uso diario”, advierte el ortopeda.
Si padece de dolor muy frecuente y tiene antecedentes de lesiones secundarias al uso prolongado de tacones, no dude en visitar a un profesional de la salud con experiencia en el manejo de lesiones del pie y tobillo.
“Se aconseja el uso de un tacón moderado, máximo 4 cm, que sea ancho y flexible para el pie”.
EJERCICIOS DE RELAJACIÓN
Practique ejercicios para fortalecer y estirar la zona inferior de las piernas, los tobillos y la planta de los pies. Haga tres series de 10 repeticiones de cada actividad.
1. FORTALECER LOS GEMELOS: con los pies separados a la distancia de las caderas, levante con cuidado los talones del suelo, aguante sobre las puntas de los pies unos segundos y vuelva a apoyar los talones.
2. LOS TOBILLOS: sentada en el suelo, con las piernas estiradas, coloque el pie en un ángulo de 90º, primero. Luego flexiónelo hacia adelante y hacia atrás, desde el tobillo y sin mover la pierna.
3. FORTALECER LA PLANTA DEL PIE: coloque una servilleta de papel en el suelo y tómela con los dedos del pie sujetándola durante 10 segundos y repita 3 veces con cada pie.
4. RELAJAR LA PLANTA DEL PIE: utilice un rodillo de pie de “theraband”, colóquelo bajo la planta y muévala hacia adelante y atrás por toda la planta del pie para una óptima relajación de la misma.
Dra. Myriam Abascal y González : Médico Especialista en Medicina Física y Rehabilitación en Hospital Bendaña. Consultorio 2204 Teléfono: 3154-6967
Dr. Hugo Martínez : Hospital Bendaña / Teléfono: 9481-2264
