¿Podría la COVID-19 algún día ser estacional, como la gripe?

Todos esos virus tienen una variación estacional, y son susceptibles a cambios en los patrones climáticos, como la temperatura y la humedad.

  • 17 sep 2020

The New York Times.

La COVID-19 es diferente a todos los demás virus respiratorios conocidos por los humanos, pero con el tiempo podría evolucionar y convertirse en un azote estacional, como la influenza.

Esto plantea un nuevo informe en que los investigadores describen el caso de una posible COVID estacional.

El escenario depende de muchos factores desconocidos, y da por sentado que el nuevo coronavirus se vea afectado por factores climáticos. Y esto no sucedería hasta que suficientes personas se hayan expuesto al virus, o se hayan vacunado, para proveer un nivel de inmunidad grupal, señalaron los investigadores en su informe, publicado en la revista Frontiers in Public Health.



Pero creen que los virus respiratorios endémicos, entre ellos la gripe y los coronavirus que provocan síntomas de resfriado, ofrecen pistas de lo que podría suceder con la COVID.

Preocupante

Todos esos virus tienen una variación estacional, y son susceptibles a cambios en los patrones climáticos, como la temperatura y la humedad.

El SARS-CoV-2 todavía no ha mostrado señales de estacionalidad. Los casos en Estados Unidos se dispararon durante los meses calientes del verano, al contrario que los virus respiratorios típicos, que se disipan en esa época.

Pero a medida que más personas se expongan al SARS-CoV-2, ese patrón podría cambiar, según el autor del informe, el doctor Hassan Zaraket, de la Universidad American de Beirut, en Líbano.

'Creemos que es muy probable, dado lo que sabemos hasta ahora, que la COVID-19 al final se vuelva estacional, como otros coronavirus', comentó en un comunicado de prensa de la revista.

Sin embargo, los expertos en enfermedades infecciosas advirtieron que si hay una cosa indudable sobre la COVID, es que la enfermedad está llena de sorpresas.

Más estudios

La idea de la COVID estacional es una 'conjetura razonable', observó el Dr. Aaron Glatt, vocero de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America).

'Pero actualmente no hay evidencias a favor ni en contra', aclaró Glatt, que también es presidente del departamento de medicina de Mount Sinai Nassau, en Oceanside, Nueva York.

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Es verdad que la mayoría de los virus respiratorios tienen unos patrones estacionales bien establecidos. En los climas templados, escribe Zaraket, alcanzan su pico en invierno y principios de primavera, cuando el aire es más frío y menos húmedo. En los trópicos, por otra parte, muchos virus respiratorios circulan todo el año, y entonces llegan a un pico en ciertos meses.

Pero el SARS-CoV-2, que los científicos creen que pasó de los murciélagos a los humanos, es distinto a los coronavirus comunes. Entonces, dijo Glatt, no se puede dar por sentado que el nuevo virus comenzará a comportarse como ellos.

Otros dos coronavirus ofrecen una comparación más cercana con el SARS-CoV-2. Uno provocó el brote de síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en 2003, y el otro, que surgió en 2012, provoca el síndrome respiratorio de Oriente Medio (SROM). Ambos coronavirus eran nuevos para los humanos, y se cree que pasaron a nuestra especie desde animales infectados

Aun así, dijo Glatt, son claramente distintos al nuevo coronavirus, ya que ninguno se propagó por el mundo. Y ambos eran distintos entre sí. El SRAS al final desapareció, mientras que todavía ocurren casos de SROM, sobre todo en la Península Arábiga.

El SROM nunca ha asumido un patrón estacional, pero tampoco se transmite con facilidad entre las personas, apuntó Zaraket. Esta es una diferencia obvia respecto al SARS-CoV-2.

El Dr. Bruce Y. Lee es profesor de la Facultad de Postgrados en Salud Pública y Políticas de Salud de la CUNY, en la ciudad de Nueva York.

Se mostró de acuerdo en que no hay forma de predecir si la COVID-19 se volverá estacional.

Ahora mismo, comentó Lee, el virus no tiene problemas para 'encontrar' a personas que son susceptibles a él, y esto podría superar a cualquier factor estacional que pudiera afectar a la transmisión del SARS-CoV-2.

Si de hecho las estaciones influyen en el virus, esto no se haría aparente hasta que haya muchas menos personas vulnerables, apuntó Lee.

La 'inmunidad grupal', en que una gran parte de la población está protegida de una infección, podría suceder mediante una exposición natural generalizada al SARS-CoV-2 o una vacuna, escribe Zaraket.

Pero todavía hay muchas cosas que se desconocen sobre la COVID y la inmunidad, apuntó Lee. ¿Puede una persona en algún momento volver a infectarse con la misma cepa del SARS-CoV-2? ¿Y cuánto tiempo dura la resistencia? Y si llega a haber una vacuna disponible, ¿proveerá una protección duradera o las personas necesitarán una vacuna anual contra la COVID?

'No lo sabemos', dijo Glatt. 'A las personas no les gusta escucharlo, pero es la respuesta'.

Ha habido algunas sugerencias de que permitir que el virus se propague a personas más jóvenes y sanas podría en realidad ser algo bueno, al provocar una inmunidad grupal con una mayor rapidez.

'Ese argumento no se basa en la ciencia', advirtió Lee.

Las personas más jóvenes quizá sean menos propensas a morir de la COVID, pero pueden enfermarse de gravedad, y así sucede, enfatizó Lee. También pueden transmitir la infección a personas mayores y más vulnerables.

La única forma de avanzar hacia la inmunidad grupal es mediante la vacunación. Pero aunque haya una vacuna disponible, añadió Lee, esto quizá no signifique una 'vuelta a la normalidad' total.

La vacuna tendría que poseer una efectividad suficiente, y suficientes personas tendrían que ponérsela, para lograr la inmunidad grupal.