Amargo Día de las Madres de doña María: primero mataron a su hijo, ahora a su nuera y nieto
Jacqueline Paz y su hijo Erminton Fajardo fueron asesinados en Trinidad, Santa Bárbara. En el 2010 le habían matado a su esposo y sus dos guardaespaldas
- 12 de mayo de 2025 a las 12:33 -

Jacqueline Paz y su hijo Erminton Adalid Fajardo Paz fueron encontrados acribillados en su vivienda en la comunidad de El Temblor en Trinidad, Santa Bárbara, cinco años después de una tragedia que había sacudido a esta misma familia.

Doña María, la suegra de la dama y abuela del jovencito, llegó al lugar y se mostró desconsolada.

Según el informe preliminar, a eso de las 2:00 am, sujetos armados llegaron a la vivienda de esta madre y su hijo y los acribillaron.

"Esto es lo peor que me podía pasar, primero mataron a mi hijo y ahora a ella y mi nieto, que era como mi hijo", dijo la acongojada mujer.

Tras el crimen, este carro, que era de la familia Fajardo Paz, fue abandonado en el barrio Lempira.

Herminton era hijo del empresario Erminton Adalid Fajardo Paz, quien fue asesinado en el 2010 junto a sus dos guardaespaldas.

El 25 de octubre del 2010, a eso de las 3:00 pm, Hemirton Adalid Fajardo Paz, de 36 años, y sus tres guardaespaldas fueron asesinados en la aldea Pueblo Nuevo cuando volvían de hacer unas compras en San Pedro Sula. Fajardo había salido de San Pedro Sula, donde realizó actividades comerciales, y en el desvío de La Ceibita dos autos -un doble cabina Nissan Frontier verde y un turismo blanco- lo empezaron a seguir sin que Fajardo y sus guardaespaldas lo hubieran notado. Fajardo manejaba el carro, descendió del automotor para refugiarse bajo el chasis, pero sus atacantes aprovecharon que estaba mortalmente herido y lo remataron con saña, al herirlo gravemente en el cráneo.

Tras la muerte de su padre, Erminton y su madre se habían convertido en unos reconocidos comerciantes en su comunidad.

"Yo le decía que verlo era como tener a mi hijo vivo", contó entre lágrimas doña María.

"Él (Herminton) me amaba mucho, me contemplaba y yo le decía: es como tener a mi hijo", agregó doña María.

"Ella era muy linda y mi hijo bien trabajador. Era una madre excelente, honesta, trabajadora, pero Dios se encargue de esto. Tengo la confianza en Dios que no los he de enterrar antes de saber que los hechores están declarados", cerró la suegra de Jacqueline.