Sale a la luz revelador chat de sospechosa del crimen de Brenda, Lara y Morena
A medida que surgen nuevas pruebas y declaraciones, los mensajes de Celeste revelan su conocimiento anticipado del crimen y su temor a ser entregada. La justicia busca determinar su rol exacto en uno de los casos más estremecedores del año.
- 02 de octubre de 2025 a las 16:52 -
Horas antes de que la Policía encontrara los cuerpos de las tres jóvenes asesinadas, Magalí Celeste González Guerrero, una de las principales acusadas, envió mensajes urgentes a su madre adoptiva. Sabía que la verdad estaba por salir a la luz.
Un testigo relató que ese mismo día vio a Celeste en la calle, junto a su madre. Estaba llorando, alterada, y confesó con angustia: “Me mandé una cagada, está la Policía en casa, algo pasó en casa”.
Mientras Celeste intentaba decidir sus próximos pasos, la propiedad en la calle Chañar, en Florencio Varela, Argentina, donde vivía con su pareja Miguel Villanueva Silva, ya estaba rodeada por agentes. Allí, bajo tierra, estaban los cuerpos de Brenda, Lara y Morena.
“Mamá, borrá las conversaciones, por favor”. Ese fue el pedido desesperado que Celeste hizo a través de WhatsApp el 23 de septiembre, cuando notó que la Policía Bonaerense comenzaba a rodear la zona. Temía ser descubierta.
En otro mensaje de voz, según constató Infobae, Celeste le rogó a su madre: “Necesito unas horas porque, si yo voy sola, voy a pagar el plato de todo si me entrego. El jefe se va a enterar y chau Celeste”. Se refería a uno de los líderes de la banda, aún prófugo.
Las tres víctimas habían sido citadas el 19 de septiembre a una supuesta fiesta en el Bajo Flores. Una camioneta blanca las pasó a buscar por La Tablada. Nunca regresaron. Era una emboscada.
Además, en un audio clave de la causa, Celeste suplicó a su mamá: “Tengo que ir sola y no quiero ir sola, no puedo ir sola. Él no va a ir. Tengo que arreglar esto. Dame unas horas, por favor. Y vos no sabés nada, no digas nada. Borrá todo ya, borralo”.
Cinco días después del crimen, la Policía halló los cuerpos de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20) enterrados en la casa donde vivía Celeste. Habían sido brutalmente torturadas.
Luego de separarse de su madre adoptiva, Celeste intentó escapar. Fue localizada y detenida en un hotel alojamiento, mientras buscaba ocultarse. Hoy permanece presa en el penal de Melchor Romero.
Miguel Villanueva Silva, con quien Celeste convivía en la casa del crimen, fue capturado y también enfrenta cargos por el triple femicidio. Ambos son piezas clave en la investigación.
Además de Celeste y Silva, hay otros siete sospechosos arrestados, incluyendo a Iara Ibarra (19) y Andrés Parra (18). La investigación se extiende por Argentina, Bolivia y Perú.
A medida que surgen nuevas pruebas y declaraciones, los mensajes de Celeste revelan su conocimiento anticipado del crimen y su temor a ser entregada. La justicia busca determinar su rol exacto en uno de los casos más estremecedores del año.