Hondureña se entrega a ICE para que la deporten, pero la rechazan
Jessica Paola Ramírez tenía cita programada en la corte en septiembre, pero temía que la detuvieran y la separaran de su hija Astrid y se regresó a Honduras
- 11 de marzo de 2025 a las 00:00 -
Jessica Paola Ramírez, de rosado, a su llegada al aeropuerto de Palmerola en Comayagua.
Jessica Paola Ramírez es una hondureña, quien como muchos migrantes, ha vivido la zozobra de las deportaciones de la administración de Donald Trump.
La posibilidad de que la separaran de su hija Astrid, representaba una de sus mayores preocupaciones, algo que viven muchas familias migrantes en la actualidad.
Jessica contó las difíciles experiencias que enfrentó en Houston, Texas, donde agentes migratorios realizaban amplios operativos a su alrededor.
“Ellos entraban a los apartamentos, tocaban las puertas y nosotros la abríamos porque sabíamos que había redadas en Houston”, explicó a la periodista Claudia Mendoza.
Ana Ramírez Cruz, la madre de Jessica, confesó a Univision que durante todo este tiempo vivió con el temor de que su hija fuera deportada y separada de su nieta. “Yo temía que a ella la deportaran y dejaran en Estados Unidos a la niña de ella”, afirmó.
En su intento por obtener ayuda, Jessica acudió a la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), pero no recibió la respuesta que esperaba. “Me rechazaron, me dijeron que no me podían deportar, que tenía que autodeportarme porque yo no tenía una orden de deportación”, relató.
Jessica pidió ayuda en el Consulado de Honduras en Houston, donde las autoridades consulares le brindaron apoyo y gestionaron la compra de un boleto de avión para su retorno. Acá abraza a su madre a su llegada a Honduras.
A su llegada a Honduras, la emoción de uno de sus pequeños hijos quedó reflejada en sus palabras a Univision: “Estamos alegres, mucho, por estar con nosotros”.
Jessica también expresó su alivio al estar nuevamente rodeada de su familia. “Siento que el espíritu me vino porque estoy con mi mamá, con mis hijos”, dijo.
La historia de lucha de Jessica comenzó en 2019, cuando sufrió un trágico accidente. Un poste del tendido eléctrico cayó sobre ella, provocándole graves quemaduras que derivaron en la amputación de un brazo y una pierna.
Tras años de recuperación, en septiembre de 2023 decidió viajar a Estados Unidos en busca de asilo. Al llegar a la frontera, se entregó a las autoridades migratorias y solicitó protección al gobierno del expresidente Joe Biden.
En septimbre de este año tenía cita en la corte, pero el miedo se apoderó de ella cuando Donald Trump llegó a la presidencia. Su miedo era que la separaran de su hija Astrid, quien también retornó a Honduras.