Guacamayas: la cocina que alimenta y da vida al ave nacional
El parque de Macaw Mountain alimenta y rehabilita guacamayas rojas para su liberación en Copán Ruinas. Su dieta se basa en frutas, verduras y semillas, incluso huevo duro. Darles de comer es todo un cuidadoso ritual.
- Actualizado: 22 de noviembre de 2025 a las 09:00 -
En un rincón de Copán Ruinas hay un sitio que los visitantes terminan amando y llevando en su corazón luego de la primera visita: el parque de aves Macaw Mountain. Macaw Mountain Bird Park & Nature Reserve es un santuario que rescata, rehabilita y libera aves tropicales, especialmente la guacamaya escarlata, símbolo nacional.
Alberga aproximadamente 350 aves de más de 30 especies diferentes. En cuanto a los programas de liberación, han llevado a cabo al menos cuatro grandes liberaciones de guacamayas escarlatas en el valle de Copán, y en colaboración con su socio ProAlas y otras entidades, han logrado que una población de más de 130 guacamayas vuelen en libertad en la región.
Pero ni la recuperación de las aves, ni su reinserción a su hábitat fuera posible sin lograr que su alimentación sea balanceada y adecuada para su crecimiento y supervivencia, y toda la magia ocurre en su cocina. Cada día, en uno de los rincones del parque ocurre varias veces al día una de las tareas más delicadas del programa de conservación: preparar la comida de las guacamayas escarlatas y de decenas de aves que habitan en los aviarios del parque
Antes de que el sol se asome entre los árboles, el equipo ya está cortando frutas, lavando verduras y pesando porciones. Las bandejas se van llenando con manzana, papaya, sandía, plátano, hojas verdes, zanahorias, pataste y mezclas de semillas especialmente formuladas para especies psitácidas. Cada pieza de fruta es revisada, cada verdura seleccionada, y nada llega a los comederos sin supervisión de los especialistas.
El objetivo no es simplemente alimentar, sino reproducir, en la medida de lo posible, las condiciones nutricionales que las guacamayas encontrarían en libertad. En su ambiente natural, el ave nacional de Honduras consume una dieta variada de semillas, frutos duros, néctar, flores e incluso pequeños insectos.
Algunas especies recurren a lamederos de arcilla para neutralizar toxinas presentes en ciertos frutos del bosque tropical. Esa complejidad alimentaria se traduce, en el parque, en una dieta equilibrada que combina azúcares naturales, fibra, vitaminas, minerales y proteínas. Los cuidadores preparan diariamente kilos de alimento fresco, distribuidos dos veces al día en puntos estratégicos de los aviarios
Allí, las aves pueden elegir qué comer, mover piezas con el pico y sostenerlas con las patas, comportándose de manera similar a como lo harían en el bosque. Pero la labor no termina en los encierros controlados. Parte esencial del programa son los puntos de alimentación complementaria colocados dentro del parque y también en el Parque Arqueológico de Copán. Una turista sampedrana fotografía a las aves que vuelan libres.
En esos sitios llegan las guacamayas que vuelan libres, buscando un refuerzo nutricional que les permita mantenerse sanas, fuertes y con buena capacidad de vuelo. La variedad es clave. Las frutas aportan hidratación y energía; las verduras, vitaminas y fibra; las semillas y mezclas especiales, proteínas y grasas saludables necesarias para el plumaje, la reproducción y la actividad diaria.
El equipo ajusta la dieta según la especie, la edad o la condición de cada ave. Los individuos en recuperación o en etapa de cría reciben porciones distintas, mientras que las aves completamente libres aprovechan la alimentación adicional como un apoyo, no como dependencia.
Detrás de esta rutina hay una intención mayor: que la guacamaya roja, símbolo nacional y pieza esencial del patrimonio cultural hondureño, siga poblando los cielos de Copán. Alimentarlas bien no es un gesto estético ni turístico; es un acto de conservación que significa salud, longevidad, capacidad reproductiva y, en última instancia, supervivencia.
En cada bandeja de fruta cortada, en cada semilla seleccionada y en cada punto de alimentación colocado entre ruinas mayas y árboles centenarios, se sostiene una parte de la historia natural de Honduras
El parque está ubicado en unos 10 acres de terreno boscoso en un valle alimentado por un río, lo que le permite ofrecer un entorno más cercano al hábitat natural de las aves. Está a solo unos tres kilómetros aproximadamente al norte del centro de la ciudad de Copán Ruinas, por lo que el acceso para el visitante es bastante directo.
Una trabajadora del parque corta y prepara grandes cantidades de frutas y verduras para la alimentación diaria de las aves. El primer alimento de las aves es huevo duro, lo que fortalece sus huesos y músculos. Para el almuerzo les sirven un delicioso cóctel de frutas y verduras. Es la hora favorita y la que ofrece un espectáculo colorido a los visitantes ya que las aves se aglomeran para comer.
Hace algunos años, un pequeño polluelo de zopilote rey (Sarcoramphus papa) fue rescatado y llegó a Macaw Mountain. Gracias al cuidado de nuestro equipo, creció fuerte y saludable, y hoy vive en el aviario más grande del parque ¡su propio castillo!. La labor de esta especie en la naturaleza es esencial: al ser un ave carroñera, mantiene el ecosistema limpio al alimentarse de animales muertos, evitando la propagación de enfermedades.
El costo de ingreso al Macaw Mountain Bird Park & Nature Reserve es: Para adultos y niños de 11 años o más: 250 lempiras (~ US $10) y para niños de 4 a 10 años: 125 lempiras (~ US $5) Más información en www.macawmountain.org