10 consejos para el cuidado de los adultos mayores en verano

1. Mantener la hidratación. Es de suma importancia tomar mucha agua, como frutas ricas en este líquido (sandía y melón). Esto favorece a la circulación de la sangre, la absorción correcta de los nutrientes necesarios y favorece a la barrera protectora de la piel, también ayuda a mantener la temperatura del cuerpo y el transporte de oxígeno en nuestro organismo, más un sinfín de beneficios.

2. Aplicación de bloqueadores solares. Por la sensibilidad de los ancianos, el daño puede ser más directo ante la exposición al sol, por lo tanto el uso de bloqueadores ayuda a evitar lesiones mayores en la piel, como manchas, que luego se pueden convertir en cáncer.

3. Uso de la ropa adecuada. Esto tiene como finalidad mantener fresca a la persona, así el impacto del calor será más bajo y permitirá a los poros estar menos expuestos. A esto se le puede agregar la sugerencia de utilizar gafas de sol, sombrero, gorra o una sombrilla en caso de exponerse a los rayos solares,

4. Control de los ciclos del sueño La temporada veraniega puede alterar el patrón del sueño, lo recomendable es fijar un horario para dormir las 8 horas como mínimo. En ciertos casos, si la persona ingiere medicamentos, lo mejor es que se regulen las cantidades, horarios o, si es necesario, cambiarlos por otros que no perjudiquen el descanso por la noche.

5. Regular la temperatura de la casa. El interior del hogar debe mantenerse en una temperatura no mayor a 30°C, ya que esto puede provocar molestias en el adulto mayor, como sudoración, aturdimiento e, incluso, náuseas. Mantener la ventilación adecuada, ya sea mediante el aire natural que entra por las ventanas, el uso de ventilador o aire acondicionado.

6. Evitar consumo de cafeína y alcohol. Este tipo de bebidas pueden producir alteraciones en el estado de ánimo, como la ansiedad y el insomnio, en algunos casos. Aparte que estimulan irregularmente al sistema nervioso y favorece la deshidratación, sobre todo el alcohol.

7. Control adecuado de las enfermedades de base. El calor agudiza la hipertensión arterial, se incita a tomar los medicamentos en tiempo y forma para mantener regulada la misma. Por otro lado, los diabéticos son más sensibles a los efectos del calor a causa del mayor riesgo que tienen de deshidratarse y a las posibles alteraciones que pueden sufrir en sus nervios y vasos sanguíneos que impiden a las glándulas sudoríparas regular la temperatura corporal.

8. Realizar actividad física con supervisión. Es recomendable buscar horas donde el calor sea menor durante el día, además de un lugar al aire libre para aprovechar a despejar la mente y conectar con la naturaleza. Sin duda que el ejercicio dará un mejor control del cuerpo por la resistencia ganada y mayor bombeo de la sangre en el organismo.

10. Visite a su médico periódicamente. Los motivos para hacerlo son claves en la salud, primero, porque previene los riesgos de sufrir una enfermedad antes de que aparezca, también detecta una enfermedad a tiempo para tener la posibilidad de controlarla y eliminarla, y por último minimiza el daño causado por alguna enfermedad.

9. Tratar de estar acompañado. Siempre es bueno buscar compañía, o al menos que alguien esté pendiente del adulto mayor ante cualquier emergencia que se pueda presentar. De esta forma se puede auxiliar por si necesita algo para su bienestar.