12/01/2025
11:32 PM

¡Por fin!

El príncipe Alberto II de Mónaco de 52 años, dejará de ser uno de los últimos solteros de oro de la realeza europea, pues ayer miércoles anunció su compromiso.

El príncipe Alberto II de Mónaco de 52 años, dejará de ser uno de los últimos solteros de oro de la realeza europea, pues ayer miércoles anunció su compromiso con la rubia nadadora sudafricana Charlene Wittstock.

“El palacio principesco de Mónaco anuncia el compromiso de su alteza el príncipe Alberto II de Mónaco con la señorita Charlene Wittstock”, indicó ese escueto comunicado enviado que circuló entre las agencias de noticias más importantes del mundo.

El lacónico comunicado difundido este miércoles puso fin a años de suspenso, rumores y desmentidos en torno a la relación del príncipe con la nadadora.

El compromiso tuvo lugar de manera “muy confidencial, muy familiar”, indicó una fuente cercana al príncipe que pidió el anonimato.

La identidad de los invitados no fue dada a conocer ni menos aún la fecha de la boda.

La pareja

El soberano monegasco, nacido el 14 de marzo de 1958, es hijo del príncipe Rainiero III, fallecido el 12 de julio de 2005, y de la princesa y actriz Grace Kelly, fallecida en un accidente de tráfico el 14 de septiembre de 1982.

Desde hace cinco años, el príncipe Alberto dirige las riendas del principado, que tiene unos de los ingresos per cápita más elevados de Europa, evaluados en 50 mil euros y que cada año recibe a cinco millones de visitantes.

La sudafricana Charlene Wittstock, de 32 años, nacida el 25 de enero de 1978 en Bulawayo, Zimbabue, era maestra antes de llegar a Mónaco. Fue campeona de natación de la Commonwealth.

El príncipe y la nadadora aparecieron tomados del brazo por primera vez en los Juegos Olímpicos de Turín, en 2006. Antes, se les había visto juntos en público a eventos deportivos y culturales o en el Baile de la Rosa, que cada año inaugura la temporada monegasca y recauda fondos para la Fundación Princesa Grace, dedicada a los niños hospitalizados.

Pero la presencia de la joven sudafricana junto al príncipe Alberto durante el casamiento de la princesa de Suecia, el pasado sábado, fue, para los observadores, una “forma de oficializar” la relación.

“Es una hermosa historia de amor que desde hace cuatro años se inscribe en la vida del principado, y que ha sido oficializada hoy, en el momento elegido por el príncipe”, comentó una fuente cercana a palacio.

Tras el anuncio de este miércoles, la pregunta que empieza a animar a los seguidores de las familias reales europeas es si la boda del príncipe Alberto será tan fastuosa como la de sus padres, en 1956, que siguieron de cerca mil 800 periodistas del mundo entero.