24/05/2025
12:54 PM

Esplendor y miseria

La 'chica mala de la música', Amy Winehouse, está en los titulares más por sus problemas de droga y alcohol y sus entradas y salidas de clínicas y cárceles que por su música, pero la cantante británica de 24 años es cada día más premiada y más popular.

    La 'chica mala de la música', Amy Winehouse, está en los titulares más por sus problemas de droga y alcohol y sus entradas y salidas de clínicas y cárceles que por su música, pero la cantante británica de 24 años es cada día más premiada y más popular.

    La estrella del soul que ha vendido millones de álbumes en el mundo entero fue hospitalizada tras desmayarse en su casa. Ya fue dada de alta tras diagnóstico de enfisema pulmonar.

    Le advirtieron que debe dejar las drogas o podría quedar en silla de ruedas y conectada a aparatos de oxígeno para ayudarle a respirar si empeora la situación en que se encuentra su pulmón.

    Recientemente, una grabación conseguida por un diario parecía mostrar a Winehouse, que obtuvo las mejores ventas en el Reino Unido durante el 2007 y el top de iTunes, gracias a su mezcla única de pop, soul, jazz y blues, fumando crack.

    La cantante pasó también una noche en detención provisional por haber atacado a dos hombres. A uno le dio un golpe con la cabeza y a otro un puñetazo. La cantante llega tarde a conciertos e incluso a recoger sus muchos galardones, como cuando le atribuyeron este año el premio Ivor Novello, uno de los más prestigiosos del Reino Unido.

    Hasta la ONU se ha metido con ella: el director de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Crimen, Onudc, Antonio María Costa, denunció su comportamiento, que según él atiza los problemas con la droga.

    Pero lo que es incuestionable es su poder como intérprete y la pasión que pone en su música, como dejó claro su primer álbum 'Frank', lanzado en 2003, y luego 'Back to black'.

    La revelación

    Winehouse, que a los 10 años creó un grupo de rap infantil y empezó a componer a los 14, ha sido toda una revelación en la música a nivel planetario, desde que su sencillo 'Rehab' se colocó en el número uno de las listas musicales en incontables países.

    Su personalidad es inseparable de su música y de sus letras.

    La intensidad temeraria con que vive hace temer a muchos una carrera tan corta como la de otros genios de generaciones pasadas.

    Declaraciones así forman parte de la doble personalidad de una mujer de esqueleto frágil y carácter fuerte, creadora y autodestructiva, incapaz de vivir sin su marido y al mismo tiempo abusar físicamente de él porque ha hecho un gesto que no le ha gustado o despreciar el dinero porque 'aunque es importante, la música lo es más y viviría en un agujero si eso significara que así podría conocer a Ray Charles'.

    La música ha estado siempre en su vida. La tomó en casa de sus padres, un taxista y una farmacéutica, que se separaron cuando ella tenía 9 años y su único hermano, Alex, 13.

    Dice su padre Mitch que el gusanillo musical le viene de la madre Janis, porque dos hermanos suyos tocaban jazz.

    Es un fenómeno, sobre todo, por su voz cavernosa, que algunos han comparado a mitos como Sarah Vaughn y Nina Simone; por su música impregnada de jazz, soul y rhythm and blues, por las letras en que evoca sin tapujos los placeres y las tragedias de su vida.

    Si usted no la ha escuchado, si sólo conoce su lado tenebroso y sensacionalista, vaya a YouTube y teclee su nombre.

    Sean los genes o los viejos amores, la música, el alcohol y estupefacientes corren por las venas de Amy Winehouse. Siempre.

    Es joven, pero suena vieja...

    En medio, un sinfín de reyertas, pero al mismo tiempo, una irrupción sin precedentes en el mundo de la música que ha levantado evocaciones a leyendas del jazz y el vocalismo negro americano.

    'Suena afroamericana, pero es judía británica. Parece sexy, pero no juega a eso. Es joven, pero suena vieja. Canta con sofisticación, pero es vulgar hablando. Su música es melosa, pero sus letras son desagradables', en palabras del crítico de música de The Guardian y The Observer Garry Mulholland. Es Amy Winehouse. Un fenómeno.