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Vivir con dengue: Afectados en Honduras narran su historia

  • 23 julio 2013 /

Diario LA PRENSA habló con sobrevivientes de la enfermedad en el país.

    Las muertes por dengue ya son 15 en Honduras, pues las autoridades de Salud confirmaron este martes que esta enfermedad causó dos fallecimientos más en el país.

    De 298 municipios hondureños, en 112 se ha declarado alerta por la enfermedad y no es para menos, pues en el país se han registrado más de 11 mil contagiados de dengue no grave y la cantidad de enfermos de la variedad grave ya supera los 1,800.

    Hay miles de historias de hondureños que sobrevivieron en su lucha contra la epidemia, pero la mayoría de quienes padecieron dengue grave admiten que su error fue confiarse y no acudir al médico rápidamente.

    La epidemióloga Daysi Isabel Suazo advirtió que ante la sospecha de tener el mal se debe buscar de inmediato ayuda médica profesional.

    “El dengue grave requiere un tratamiento especializado, ya no será en casa, sino en un hospital, porque en algunos casos la persona incluso puede morir si no es tratada adecuadamente”.
    Suazo consideró que es vital identificar las “señales” que se manifiestan en las personas con la enfermedad.

    “Si hay fiebre y al tercer día esa fiebre cae, pero hay palidez marcada, dolor abdominal, frialdad de manos y de pies, vómito y diarrea, este paciente amerita ser manejado a nivel hospitalario”.

    Red primaria

    Julio Rodríguez, jefe de la Región Metropolitana de Salud de San Pedro Sula, aconsejó a la población usar la red primaria, o sea ir a los centros de salud.

    “Si todos van solo al hospital, lo saturan y eso impide que reciban asistencia médica a tiempo. Las personas que crean tener dengue deben ir al centro de salud más cercano porque la mayoría de casos pueden ser tratados y controlados ahí. Si es grave, entonces de la red primaria los enviarán al hospital para ser tratados de manera más especializada”.

    Suyapa López, directora nacional del programa contra el dengue, dio a conocer cómo se maneja a los pacientes de la enfermedad, según el caso.

    “Plan A es el manejo ambulatorio. Plan B, paciente hospitalizado. Plan C, de acuerdo con los requerimientos, pues son los pacientes graves que necesitan un tratamiento más especializado”.
    Porfirio Lobo, presidente de Honduras, delegó ayer en la Comisión Permanente de Contingencias la coordinación de las actividades relacionadas con la prevención y erradicación de los criaderos de zancudo transmisor del dengue y pidió que trabajen con la Asociación de Municipios de Honduras.

    Madre del bebé César Josué Rivera: “El dengue se llevó a nuestro angelito”

    “Hemos perdido el tesoro más bello que Dios nos ha dado. Ya no tenemos a nuestro angelito, el dengue se lo llevó”. Con voz entrecortada, Greysi Carolina Cruz recuerda a su bebé César Josué Rivera, de ocho meses, fallecido de dengue el sábado 13 de julio.

    El infante presentó fiebre el martes de esa semana. Greysi y José Rivera se trasladaron a una clínica privada para que lo revisara un pediatra.

    “El miércoles siguió igual y vomitó. Debido a que estaba delicado lo llevamos al hospital el jueves. Los médicos lo examinaron y comenzaron a tratarlo, pero el viernes su estado se complicó, por lo que fue remitido al hospital Mario Rivas de San Pedro Sula”, recuerda.

    “En el Catarino lo ingresaron de emergencia, ya el sábado sangró y fue difícil salvarle la vida. Falleció a las 11:40 am. Es un duro golpe para la familia, un vacío que no se podrá tapar”.

    En una vivienda en la colonia Inprema de El Progreso, Yoro, residen la pareja y la abuela paterna de César Josué, Emedea Rivera, quien agrega: “Ya no escuchamos su risa y los juegos graciosos que hacía. Ya gateaba y era lo más precioso que teníamos en la casa”.

    José Samuel Reyes: “No quería ser uno más de la lista”

    “Esto es terrible. Ingresé el miércoles pasado al hospital. La enfermedad me comenzó con fiebre y dolor en todo el cuerpo”, relata José Samuel Reyes, taxista en La Lima.

    Acostado en una camilla del hospital, Reyes prosigue: “Desde ese momento creí que era dengue y busqué atención médica. Ya muchas personas han fallecido de ese mal y no quería ser uno más de la lista. Gracias a Dios ya me siento mejor. Confío en que saldré pronto para incorporarme a mi trabajo. La gente no debe confiarse. El zancudo no busca estratos sociales”.

    Melvin Zaldívar: “dios me dio una segunda oportunidad”

    Melvin Zaldívar tiene 19 años de edad y es originario de La Arada, Santa Bárbara, donde el dengue tipo 1 se ha propagado rápidamente entre la población.

    “Tengo siete días de estar postrado en esta cama. Me dedico a limpiar las milpas y de seguro ahí me picó este zancudo. Estuve a punto de morir. No sentía el cuerpo. He sufrido grandes calenturas, pero Dios me dio una segunda oportunidad”, relata en su lecho de enfermo.

    Santa Bárbara es uno de los departamentos con alta incidencia de la enfermedad. El director del hospital, Benjamín López, dijo que el número de infectados ha subido en comparación con otros años.

    Abuela de Nahara García: “Creíamos que la niña estaba empachada, pero falleció de dengue”

    No todos los relatos de pacientes con dengue en Copán han tenido un desenlace positivo. Una familia de La Jigua asegura que perdió un pariente por la enfermedad.

    Se trata de Nahara García Rodríguez (14), quien falleció en el hospital Mario Rivas.

    La abuela de la menor, Melva Villanueva, asegura que su nieta falleció de dengue. “La niña empezó con dolores de estómago y náuseas. Creíamos que estaba empachada y yo misma le di una sobadita, pero no se mejoró”, relata.

    García fue llevada al centro de salud con fiebres altas y ausencia de apetito. “Todo pasó en cosa de una semana. La niña fue llevada a Santa Rosa y de allí a San Pedro Sula, pero nunca pensamos que se pudiera morir.

    Le hicieron muchos exámenes, pero en San Pedro le dijeron que tenía dengue porque se le bajaron mucho las plaquetas y nunca se las pudieron subir”.

    Nahara cursaba tercer curso en el instituto Árbol de Vida de La Jigua. Sus familiares aseguran que falleció el pasado 25 de mayo tras sufrir hemorragias.

    Maura Reyes: “Mi esposo Tiene cuatro días sin comer nada”

    Angustiada por la salud de su esposo, Maura Reyes, residente en el municipio copaneco de San Juan de Opoa, acompaña a Walter Hernández, víctima del dengue, en el Hospital Regional de Occidente.

    “Estamos muy preocupados porque mi esposo no ha querido comer nada en cuatro días. Le duelen la cabeza y los ojos”, dice la mujer.

    Personal del centro asistencial indicó que a diario ingresan decenas de personas con síntomas de dengue. Cerca de la emergencia se instaló una sala para evaluarlos.

    José Gabriel Aquino: 'Lo más duro son los dolores de cabeza”

    “Estuve más de ocho días en cama. Quería levantarme, pero el malestar y el dolor en el cuerpo no me dejaban ni siquiera ir a la pulpería a comprarme unas pastillas”.

    Es el relato de José Gabriel Aquino, un jornalero de 63 años, quien hace menos de cuatro semanas padeció dengue no grave en el municipio de La Jigua, en el norte de Copán. “Gracias a Dios tuve dengue clásico porque si me hubiera dado del otro, me hubiera muerto porque vivo solo”, cuenta. “Lo más duro son los dolores de cabeza. El cuerpo no tiene energía para levantarse. En la casa de mi hermano Juan Antonio Mejía les pegó dengue a todos”.

    Rosa Hermilio Fajardo: “Siento desvanecimiento y una fiebre horrible”

    Don Rosa Hermilio Fajardo (73) apenas puede hablar y por momentos desvaría. El dengue lo mantiene postrado en una camilla del hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula. Es de Pueblo Nuevo, Santa Bárbara, y hace 22 días está enfermo, pero apenas hace cinco días empezó a recibir atención médica, pues su familia trató de curarlo en casa. “Se me bajaron las plaquetas.Siento desvanecimiento y una fiebre horrible”, explica con débil voz Fajardo e inmediatamente después se quedó dormido profundamente. Su esposa María Román Sánchez tuvo que terminar el relato por él.


    “Vivimos en la montaña y es difícil ir a un centro de salud. Le dimos pastillas pensando que se le iba a pasar, pero se puso más grave. Por eso con un familiar lo llevamos al doctor en Cofradía y de ahí lo mandaron al Rivas”. Don Rosa sigue grave en el hospital y ahora su familia, tras la tardanza debuscar ayuda médica, reza para que él muestre alguna mejoría.

    Jorge Mario Aguilar: “AquÍ estoy vivo y platicando gracias a dios”

    “Si uno no anda águila, se muere, hijo”, dice Jorge Mario Aguilar (69), originario de Viejo Celilac y otra de las víctimas del dengue.

    “Siempre estaban la calentura y el dolor de cuerpo y sangraba por la nariz. No quería venir al hospital porque ni pastillas hay, pero en vez de morir en la casa me vine. Aquí me atendieron. Estoy vivo y platicando gracias a Dios y a estos señores del hospital”, contó. “Yo sentía que me moría. Es horrible esta enfermedad. Los huesos duelen”, añade Aguilar, quien permanece ingresado en el hospital de Santa Bárbara.

    Alejandra Palacios: “Uno siente que se muere; es horrible”


    Alejandra Palacios es una joven que reside en la colonia Palermo de El Progreso, Yoro, y es uno de los miles de pacientes afectados por el dengue en Honduras.

    “Es horrible. El dengue me comenzó con una calentura y en pocas horas no soportaba el dolor de cabeza y los huesos. Uno siente que se muere”, dice.

    Ante los síntomas, sus familiares la trasladaron al hospital y gracias al tratamiento recuperó la salud.

    “En estos momentos ya estoy terminando el tratamiento que a uno le dan para recuperarse al cien. Es increíble lo que puede hacer un simple insecto como el zancudo. Considero que todos debemos involucrarnos para eliminar los criaderos en nuestras casas”.

    Alfonso Bonilla: “nos deja al borde de la muerte”

    “Es necesario que la población se una a las campañas de eliminación de criaderos del zancudo”, aconseja Alfonso Bonilla, jefe municipal de Salud de El Progreso, Yoro.

    Él vivió en carne propia los padecimientos de la enfermedad.

    “Estuve tres días con altas temperaturas. Es insoportable. A uno le duele hasta el mínimo hueso. Cuando supe que era dengue me mediqué y estuve chequeándome las plaquetas. Gracias a Dios no bajaron y hoy puedo contar lo ocurrido”, contó. Bonilla dijo que la prevención es la mejor medicina para no padecer la enfermedad que lo deja “a uno al borde de la muerte. Eso es horrendo”.

    Ever Canales “El dengue lo destroza a uno; estoy mejorando”

    'El dengue lo destroza a uno. Cuando me dio fiebre comencé tomando pastillas, pero no se me calmaba. Tuve que venir al hospital y gracias a los medicamentos y a Dios, que aún me quiere, estoy mejorando”.

    El joven Ever Canales narra su experiencia en el hospital de El Progreso, donde se recupera de la enfermedad. Reside en la colonia San José y agrega: “Uno siente que se muere por el intenso dolor de cabeza. Si no se trata de inmediato, se puede hasta morir”.