17/04/2024
08:02 AM

Más de 1,300 palmeros listos para certificarse

San Alejo, Tela, Honduras.

Para que un producto se coloque en el mercado es necesario garantizar a los consumidores que el proceso detrás de su fabricación es sostenible y responsable con el ambiente.

Este compromiso social motiva a las empresas agroindustriales a buscar alternativas para estar a la vanguardia en la producción.

En el caso de la industria nacional de la palma aceitera, los esfuerzos se remiten en el año 2013 cuando un grupo de ocho empresas iniciaron el Proyecto de Aceite de Palma Sostenible en Honduras (Pash).

Junto con estas empresas, un grupo multidisciplinario de técnicos de la WWF, Solidaridad, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y otras instancias comenzaron a trabajar apoyadas por la Proforest Initiative para la interpretación nacional de la certificación RSPO (Mesa redonda de aceite de palma sostenible).

“Se logró tenerla en 2014 y nos permitió iniciar en serio con la implementación, principios y criterios de esta certificación”, recuerda Suyapa Díaz, coordinadora de Certificación RSPO de Grupo Jaremar y además de la Unión de Productores del Litoral Atlántico (Unpala).

Foto: La Prensa

El promedio de producción por hectárea es de 40 toneladas por año.
En la actualidad, esta empresa cuenta con más de 14,000 hectáreas cultivadas en las que se produce un promedio de 300 toneladas de aceite crudo de palma al día.

Grupo Jaremar ya contaba con certificaciones como ISO 14001 e ISO 9001, pero para lograr la RSPO el proceso fue muy diferente.

Beneficios. “Al principio creíamos que iba a ser fácil porque ya teníamos dos certificaciones adelante, pero la RSPO es más amplia. Esto nos llevó a hacer una serie de estudios y evaluaciones”, relata Díaz.

Una vez conseguida la certificación, las ventajas percibidas por el Grupo Jaremar van desde el posicionamiento del producto en el mercado, basado en el cumplimiento de las exigencias de los consumidores, hasta una mejor relación con las partes interesadas, así como mayor satisfacción de los clientes.

“Esta relación es muy amplia porque incluye los proveedores, los trabajadores, los gobiernos locales, organizaciones ambientales y las comunidades”, añade.

Resultados

La certificación RSPO permite reducir los costos de operación de las empresas y compromete a los actores involucrados a regirse en mejoras constantes.

El siguiente paso es trasladar este proceso a los pequeños productores independientes, quienes son responsables de proveer el 45% de la fruta procesada a Grupo Jaremar.

Este interesante porcentaje de participación se debe al trabajo de más de 1,300 productores distribuidos en Atlántida, Colón, Yoro y Cortés.

“Tenemos un compromiso con los productores independientes”, comenta Alex Díaz, gerente agrícola de la zona oeste (San Alejo) de Grupo Jaremar.

Foto: La Prensa

Se implementa el fertirriego para abaratar el costo de los fertilizantes, así como la conservación del agua.
Los integrantes de Unpala son hasta la fecha la primera asociación de productores independientes de Latinoamérica inscritos en la certificación de RSPO y la expectativa es que logren este objetivo en diciembre de este año.

Estos procesos representan un reto, incluso para las grandes empresas de palma aceitera, por lo que para facilitar el trabajo de los productores independientes, Grupo Jaremar y Unpala se unieron para crear el Fondo de soporte de la RSPO para pequeños productores (RSSF).

Ambos se ayudan por tres años mediante la dinámica que aportar cada uno L10.00 por cada tonelada de aceite que ingresan a la planta.

El fondo RSSF (por sus siglas en inglés de RSPO Smallholder Support Fund) fue establecido en 2013 para ayudar a los pequeños productores en el proceso de certificación, cubriendo hasta el 50% de las actividades de preparación para la certificación y hasta el 100% de los costos de auditoría.

Los pequeños palmicultores pueden recibir hasta $100,000 por año por un máximo de 3 años, con el objetivo de lograr la certificación RSPO.

Recientemente, la RSPO puso de manifiesto hacer una prueba piloto en Honduras, Ghana e Indonesia para identificar los altos valores de conservación en los cultivos de palma.

Como resultado, la metodología de este fondo de soporte, similar a la de Grupo Jaremar y Unpala, fue aprobada en diciembre de 2015 para apoyar a más productores.

Foto: La Prensa