Expo Copán celebra este año su décima edición, y con ella llega una ola de recuerdos que abrazan el corazón de Santa Rosa de Copán. Han sido diez años de sueños, desafíos y logros, que se entrelazan en una historia escrita por miles de manos. Desde emprendedores decididos hasta turistas maravillados, pasando por visionarios e instituciones comprometidas y una ciudad entera que cree en la magia de lo que se puede construir juntos.
La historia comienza en 2012, cuando la filial de Canaturh en Santa Rosa de Copán fue instituida, impulsada por la necesidad de dar forma al crecimiento turístico de una ciudad que, aunque ya ofrecía turismo, carecía de una organización que encauzara su potencial. Así nació un nuevo capítulo en el turismo de occidente, con el objetivo de transformar Santa Rosa de Copán en un destino imperdible.
Canaturh asumió el reto, agrupando a empresarios de diferentes sectores y formando redes de colaboración para dar vida a una serie de actividades que atrajeran visitantes y revitalizaran la economía local. En esa visión, nace Expo Copán, como una propuesta súper ambiciosa, una plataforma que celebra lo mejor de la región, desde su gente hasta sus sabores y paisajes.
El plan se estructuró en torno a tres ejes fundamentales: el café, la gastronomía y la cultura. La primera edición de Expo Copán, aunque modesta, fue rica en aprendizajes. A pesar de que no alcanzó el impacto deseado, sembró la semilla de una feria que no tardaría en convertirse en un referente nacional, gracias a la capacidad de adaptación y mejora constante por parte de sus organizadores.
Y así, con el paso de los años, la Expo Copán fue creciendo y atrayendo a más empresarios y emprendedores. Se pudo disfrutar de actividades nunca antes vistas en Santa Rosa de Copán, como por ejemplo, el famoso globo aerostático, surcaba los cielos y adornaba el paisaje. La alegría se desbordaba por las calles, y cada edición superaba con creces la anterior en creatividad, convicción y calidad.
Sobre los ejes iniciales de los que hablamos anteriormente, se sumó uno más: el turismo de aventura, que aprovechaba la riqueza natural de la región, con empresas afiliadas ofreciendo nuevas experiencias como el rapel o el bici canopy, lo que consolidó a la feria como un evento para todos los gustos, con lo urbano y lo natural dándose la mano.
Hoy en día, se cuenta con más de 75 empresas afiliadas, que inician su preparación con un año de anticipación para esta cita. Los hoteles se preparan para recibir visitantes de toda Honduras u otros países, los restaurantes afinan cada detalle, las cafeterías preparan sus mejores postres. En cada uno de los rincones de la ciudad se respira Expo Copán, con propios y extraños ansiosos por vivir una experiencia inolvidable.
Durante los días que dura el evento, las calles se transforman en escenarios, llenos de comida, música y diferentes productos de todo tipo, con la plaza transformada en un colorido mercado donde los emprendedores muestran lo mejor de su arte y sabor. Muchos de estos negocios nacieron junto con la feria, y hoy ya son parte importante del tejido económico social como grandes empresas.
Cada emprendedor debe atravesar un proceso de selección y formación que incluyen talleres sobre calidad, servicio al cliente y mejora continua. Expo Copán es también una escuela —de cierta forma—, un impulso y una plataforma de crecimiento. Todo está cuidado al detalle, desde la seguridad a cargo de las fuerzas del orden, la cruz roja y los bomberos, hasta la experiencia de cada visitante. Y claro, la música en vivo acompaña al evento durante toda su duración, con artistas locales y nacionales que emocionan al público.
Expo Copán es el resultado de un conjunto de esfuerzos monumentales que encuentran su sentido en lo más profundo del corazón de todos los involucrados, desde la propia Canaturh, pasando por la Municipalidad, cuyo apoyo es invaluable, la empresa privada y los emprendedores, que son el corazón de la feria, y por supuesto, los visitantes, ya sean copanecos, de otras partes de Honduras, y de cualquier región del mundo.
