Nueva York, Estados Unidos.
Los bancos de Wall Street están financiando más adquisiciones de empresas mediante altos niveles de deuda, pese a las advertencias de los reguladores de que deben reducir la cantidad de préstamos riesgosos que otorgan.
La Reserva Federal de Estados Unidos y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC, por sus siglas en inglés) emitieron el año pasado directrices en las que exhortaban a los bancos a evitar financiar compras apalancadas en la mayoría de las industrias que dejen a una empresa con una deuda equivalente a seis veces sus ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, un indicador más conocido como Ebitda.
La Fed y la OCC también instruyeron a los bancos a fijar un límite a los acuerdos de endeudamiento que alargan los cronogramas de pagos o que no contienen cláusulas que protegen a los acreedores.
Sin embargo, 40% de las transacciones de private equity que se concretaron este año en EE.UU. han usado un nivel de apalancamiento que excede el múltiplo de seis considerado como el límite aceptable por los reguladores, según datos recopilados por S&P Capital IQ LCD.
Se trata del mayor porcentaje desde el máximo de 52% de préstamos para compras apalancadas registrado en 2007, en la antesala de la crisis financiera.
En los últimos meses, los reguladores estadounidenses han comunicado a los bancos su disconformidad con los montos de préstamos envueltos en las adquisiciones, en las que las firmas de private equity se endeudan para comprar y retirar de la bolsa empresas con la intención de venderlas más tarde por una ganancia.
Cuando una firma de private equity compra una compañía, normalmente toma dinero prestado para ayudar a financiar la transacción que aparece en los libros contables de la empresa adquirida. Si la compañía sufre aprietos, puede resultar difícil pagar la deuda.
Las directrices de las autoridades tienen el fin de disuadir a los bancos de financiar transacciones que, en opinión de los reguladores, requieren una carga excesiva de deuda, pues se estima que las compañías más endeudadas son más propensas a tener problemas financieros.
Estos créditos, otorgados por consorcios de bancos, a menudo se venden a un grupo más amplio de prestamistas e inversionistas.
A los reguladores les preocupa que, en caso de que se produzca un bajón financiero y disminuya la demanda de los inversionistas, los bancos tengan que quedarse con grandes cantidades de deuda riesgosa.
La Fed y la OCC, que emitió la directriz en conjunto con la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), no quisieron brindar mayores detalles. Los organismos han señalado que comparten la meta de lograr una gestión de riesgo adecuada y colaboran estrechamente para implementar las directrices para préstamos apalancados.
Los bancos se han quejado de que las normas no son claras y su cumplimiento no ha sido uniforme, lo cual algunos atribuyen a una implementación inconsistente de parte de la Fed y la OCC, así como a la confusión en torno a qué exactamente está permitido bajo las nuevas reglas.
Los bancos interpretan las directrices de maneras distintas, señalaron banqueros, abogados y ejecutivos de private equity. Los ejecutivos de la banca indicaron que la manera de calcular el Ebidta presenta un dilema. Otro problema es qué hacer si el acuerdo cumple con algunos criterios, pero no con todos.
Los bancos afirman que aguardan los resultados de los exámenes anuales de los libros contables de los bancos por parte de los reguladores para tener más pistas de cuán rígida será la implementación. Las indagaciones normalmente concluyen en julio y los resultados se divulgan algunos meses después.
“Los bancos se están tomando en serio las directrices y están en contacto con los reguladores, pero sigue habiendo un alto grado de incertidumbre en torno a exactamente cómo se prevé que las normas se aplicarán en la práctica (…) que quizás no se sepa hasta que concluyan las revisiones anuales”, dice Jason Kyrwood, socio del bufete Davis Polk & Wardwell LLP que asesora a los bancos sobre transacciones de financiamiento apalancado.
Una alta fuente de una entidad involucrada en el financiamiento de adquisiciones apalancadas señala que algunos bancos apuestan a “hacer lo que se nos dé la gana” hasta que la Fed y la OCC armonicen sus políticas y se aclaren las repercusiones.
La relación de apalancamiento de Renaissance Learning creció a unas 7,5 veces después de ser comprada en abril por US$1.100 millones por Helman & Friedman LLC con financiamiento de Bank of America Corp., Credit Suisse y RBC Capital Markets.
Los bancos participantes lo consideran aceptable bajo las directrices ya que los ingresos recurrentes y el alto flujo de caja deberían permitirle pagar su deuda rápidamente, según una fuente informada sobre el acuerdo.
Los bancos de Wall Street están financiando más adquisiciones de empresas mediante altos niveles de deuda, pese a las advertencias de los reguladores de que deben reducir la cantidad de préstamos riesgosos que otorgan.
La Reserva Federal de Estados Unidos y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC, por sus siglas en inglés) emitieron el año pasado directrices en las que exhortaban a los bancos a evitar financiar compras apalancadas en la mayoría de las industrias que dejen a una empresa con una deuda equivalente a seis veces sus ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, un indicador más conocido como Ebitda.
La Fed y la OCC también instruyeron a los bancos a fijar un límite a los acuerdos de endeudamiento que alargan los cronogramas de pagos o que no contienen cláusulas que protegen a los acreedores.
Sin embargo, 40% de las transacciones de private equity que se concretaron este año en EE.UU. han usado un nivel de apalancamiento que excede el múltiplo de seis considerado como el límite aceptable por los reguladores, según datos recopilados por S&P Capital IQ LCD.
Se trata del mayor porcentaje desde el máximo de 52% de préstamos para compras apalancadas registrado en 2007, en la antesala de la crisis financiera.
En los últimos meses, los reguladores estadounidenses han comunicado a los bancos su disconformidad con los montos de préstamos envueltos en las adquisiciones, en las que las firmas de private equity se endeudan para comprar y retirar de la bolsa empresas con la intención de venderlas más tarde por una ganancia.
Cuando una firma de private equity compra una compañía, normalmente toma dinero prestado para ayudar a financiar la transacción que aparece en los libros contables de la empresa adquirida. Si la compañía sufre aprietos, puede resultar difícil pagar la deuda.
Las directrices de las autoridades tienen el fin de disuadir a los bancos de financiar transacciones que, en opinión de los reguladores, requieren una carga excesiva de deuda, pues se estima que las compañías más endeudadas son más propensas a tener problemas financieros.
Estos créditos, otorgados por consorcios de bancos, a menudo se venden a un grupo más amplio de prestamistas e inversionistas.
A los reguladores les preocupa que, en caso de que se produzca un bajón financiero y disminuya la demanda de los inversionistas, los bancos tengan que quedarse con grandes cantidades de deuda riesgosa.
La Fed y la OCC, que emitió la directriz en conjunto con la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), no quisieron brindar mayores detalles. Los organismos han señalado que comparten la meta de lograr una gestión de riesgo adecuada y colaboran estrechamente para implementar las directrices para préstamos apalancados.
Los bancos se han quejado de que las normas no son claras y su cumplimiento no ha sido uniforme, lo cual algunos atribuyen a una implementación inconsistente de parte de la Fed y la OCC, así como a la confusión en torno a qué exactamente está permitido bajo las nuevas reglas.
Los bancos interpretan las directrices de maneras distintas, señalaron banqueros, abogados y ejecutivos de private equity. Los ejecutivos de la banca indicaron que la manera de calcular el Ebidta presenta un dilema. Otro problema es qué hacer si el acuerdo cumple con algunos criterios, pero no con todos.
Los bancos afirman que aguardan los resultados de los exámenes anuales de los libros contables de los bancos por parte de los reguladores para tener más pistas de cuán rígida será la implementación. Las indagaciones normalmente concluyen en julio y los resultados se divulgan algunos meses después.
“Los bancos se están tomando en serio las directrices y están en contacto con los reguladores, pero sigue habiendo un alto grado de incertidumbre en torno a exactamente cómo se prevé que las normas se aplicarán en la práctica (…) que quizás no se sepa hasta que concluyan las revisiones anuales”, dice Jason Kyrwood, socio del bufete Davis Polk & Wardwell LLP que asesora a los bancos sobre transacciones de financiamiento apalancado.
Una alta fuente de una entidad involucrada en el financiamiento de adquisiciones apalancadas señala que algunos bancos apuestan a “hacer lo que se nos dé la gana” hasta que la Fed y la OCC armonicen sus políticas y se aclaren las repercusiones.
La relación de apalancamiento de Renaissance Learning creció a unas 7,5 veces después de ser comprada en abril por US$1.100 millones por Helman & Friedman LLC con financiamiento de Bank of America Corp., Credit Suisse y RBC Capital Markets.
Los bancos participantes lo consideran aceptable bajo las directrices ya que los ingresos recurrentes y el alto flujo de caja deberían permitirle pagar su deuda rápidamente, según una fuente informada sobre el acuerdo.