28/04/2024
06:16 PM

Hay luz roja por las compras apalancadas

La creciente adquisición de empresas mediante deuda bancaria preocupa a los reguladores de Estados Unidos.

Nueva York, Estados Unidos.

Los bancos de Wall Street están financiando más adquisiciones de empresas mediante altos niveles de deuda, pese a las advertencias de los reguladores de que deben re­ducir la cantidad de préstamos ries­gosos que otorgan.

La Reserva Federal de Estados Unidos y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC, por sus siglas en inglés) emitieron el año pasado directrices en las que exhortaban a los bancos a evitar financiar com­pras apalancadas en la mayoría de las industrias que dejen a una em­presa con una deuda equivalente a seis veces sus ganancias antes de intereses, impuestos, depreciacio­nes y amortizaciones, un indicador más conocido como Ebitda.

La Fed y la OCC también instruyeron a los bancos a fijar un límite a los acuer­dos de endeudamiento que alargan los cronogramas de pagos o que no contienen cláusulas que protegen a los acreedores.

Sin embargo, 40% de las transac­ciones de private equity que se con­cretaron este año en EE.UU. han usa­do un nivel de apalancamiento que excede el múltiplo de seis conside­rado como el límite aceptable por los reguladores, según datos reco­pilados por S&P Capital IQ LCD.

Se trata del mayor porcentaje desde el máximo de 52% de préstamos para compras apalancadas registrado en 2007, en la antesala de la crisis financiera.

En los últimos meses, los regu­ladores estadounidenses han comu­nicado a los bancos su disconformi­dad con los montos de préstamos envueltos en las adquisiciones, en las que las firmas de private equity se endeudan para comprar y retirar de la bolsa empresas con la inten­ción de venderlas más tarde por una ganancia.

Cuando una firma de private equity compra una compañía, nor­malmente toma dinero prestado para ayudar a financiar la transac­ción que aparece en los libros con­tables de la empresa adquirida. Si la compañía sufre aprietos, puede re­sultar difícil pagar la deuda.

Las directrices de las autorida­des tienen el fin de disuadir a los bancos de financiar transacciones que, en opinión de los regulado­res, requieren una carga excesiva de deuda, pues se estima que las compañías más endeudadas son más propensas a tener problemas financieros.

Estos créditos, otorgados por consorcios de bancos, a menudo se venden a un grupo más amplio de prestamistas e inversionistas.

A los reguladores les preocupa que, en caso de que se produzca un bajón financiero y disminuya la demanda de los inversionistas, los bancos ten­gan que quedarse con grandes can­tidades de deuda riesgosa.

La Fed y la OCC, que emitió la di­rectriz en conjunto con la Corpora­ción Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), no quisieron brindar mayores deta­lles. Los organismos han señalado que comparten la meta de lograr una gestión de riesgo adecuada y colaboran estrechamente para im­plementar las directrices para prés­tamos apalancados.

Los bancos se han quejado de que las normas no son claras y su cumpli­miento no ha sido uniforme, lo cual algunos atribuyen a una implemen­tación inconsistente de parte de la Fed y la OCC, así como a la confusión en torno a qué exactamente está per­mitido bajo las nuevas reglas.

Los bancos interpretan las direc­trices de maneras distintas, señala­ron banqueros, abogados y ejecuti­vos de private equity. Los ejecutivos de la banca indicaron que la manera de calcular el Ebidta presenta un di­lema. Otro problema es qué hacer si el acuerdo cumple con algunos cri­terios, pero no con todos.

Los bancos afirman que aguar­dan los resultados de los exámenes anuales de los libros contables de los bancos por parte de los reguladores para tener más pistas de cuán rígi­da será la implementación. Las in­dagaciones normalmente concluyen en julio y los resultados se divulgan algunos meses después.

“Los bancos se están tomando en serio las directrices y están en contacto con los reguladores, pero sigue habiendo un alto grado de in­certidumbre en torno a exactamen­te cómo se prevé que las normas se aplicarán en la práctica (…) que qui­zás no se sepa hasta que concluyan las revisiones anuales”, dice Jason Kyrwood, socio del bufete Davis Polk & Wardwell LLP que asesora a los bancos sobre transacciones de financiamiento apalancado.

Una alta fuente de una entidad involucrada en el financiamiento de adquisiciones apalancadas se­ñala que algunos bancos apuestan a “hacer lo que se nos dé la gana” hasta que la Fed y la OCC armonicen sus políticas y se aclaren las reper­cusiones.

La relación de apalancamiento de Renaissance Learning creció a unas 7,5 veces después de ser comprada en abril por US$1.100 millones por Helman & Friedman LLC con finan­ciamiento de Bank of America Corp., Credit Suisse y RBC Capital Markets.

Los bancos participantes lo conside­ran aceptable bajo las directrices ya que los ingresos recurrentes y el alto flujo de caja deberían permitir­le pagar su deuda rápidamente, se­gún una fuente informada sobre el acuerdo.