Las relaciones hacen que el mundo gire. Sin la retroalimentación de los demás, su mentalidad se verá limitada a sus experiencias.
Decir que el manejo de las emociones no es tan importante es un gran error. Pregúntese ¿cuándo fue la última vez que estuvó motivado al platicar con una persona enojada?
Si en realidad quiere expandir su círculo de influencia, la sugerencia es que aprenda a tratar y llevarse bien con las personas que le rodean.
Inicie con usted: Muchas personas no saben diferenciar la simpatía de la empatía. Simpatizar es el sentimiento propio por alguien más y empatizar es ver las cosas desde la perspectiva del otro; en otras palabras, es saber ponerse en los zapatos de la otra persona.
Un ejemplo de declaración amable sería: “me caes bien”. En cuanto a una empática podría ser: “wow, seguro te sientes muy orgulloso”.
Evite las respuestas robóticas: En vez de seguir el típico “¿Hola cómo estás? ¿Bien y tú? Intente contestar cómo te siente realmente. Hágalo un poco más personal: “estos últimos días me he sentido mejor, ya que estuve algo enfermo la semana pasada”. Esta respuesta tiene muchas más probabilidades de desencadenar una conversación.
Guarde silencio y aprenda a escuchar
Algo que pasa seguido es estar en una conversación solamente para saber qué es lo que la otra persona está pensando. Esto indica que realmente no está prestando atención a lo que el otro dice, ya que solo está imaginando cómo va a responder.
Cuide su tono de voz, la forma en que habla muchas veces manda mensajes equivocados a los demás. Si tiene este problema es momento de iniciar a modular y cuidar las palabras que dice.