En un comunicado, el fiscal general Merrick Garland explicó que el régimen iraní encargó al acusado “dirigir una red de socios criminales para impulsar tramas de asesinato, incluyendo el presidente electo Donald Trump”.
Su visita no estaba en la agenda oficial que la Casa Blanca difundió por la mañana. A pesar de ello, la vicepresidenta decidió unirse a un equipo de voluntarios de la campaña en las horas finales.