El joven "recibió una pistola Glock 9 milímetros de manos de Elder José Arteaga Hernández", quien también fue detenido y está acusado de coordinar el atentado.
La organización criminal liderada por el extraditado Rafael Sosa decidió mantenerlos con vida para obtener información y vengarse por el asesinato de su hermano, Octavio Sosa.