Esta política, que autoriza la expulsión expedita de migrantes a quienes se considere una amenaza para la salud pública, ha llevado al rechazo en la frontera de más de 1,8 millones de migrantes con el argumento del riesgo que representan por la pandemia de covid-19.
El gobernador de Texas movilizó el año pasado a cerca de 10,000 soldados de la Guardia Nacional y efectivos de la Departamento de Seguridad Pública a la frontera como parte de la controversial Operación Estrella Solitaria, que les autoriza a arrestar indocumentados, aunque la aplicación de las leyes migratorias es de competencia federal.