Informes preliminares brindados por la Policía Nacional establecen que sicarios ingresaron a una vivienda y comenzaron a disparar con armas de grueso calibre contra los ahora fallecidos.
Dos de los cuerpos quedaron al interior de la casa, mientras que uno de ellos, en el afán de escapar de los criminales, intentó correr, pero fue alcanzado por la ráfaga de disparos y su cadáver quedó tendido en una calle cercana a la vivienda.
La familia del expresidente Juan Orlando Hernández afirma que la versión noticiosa de un grupo criminal y un pago de 200 mil dólares en la masacre de la semana pasada en la que murió un hijo del exmandatario Porfirio Lobo Sosa es incorrecta.
Dos sujetos sospechosos de haber participado en la masacre que dejó cuatro muertos el pasado 14 de julio de 2022, entre ellos un hijo del expresidente Porfirio Lobo, fueron enviados a la cárcel luego de que una juez les dictara la medida de detención judicial.
“Producto de los esfuerzos y las investigaciones se logró la identificación y captura de seis miembros de la MS13, entre ellos uno que comúnmente se presentaba como oficial de Policía”, añadió Gustavo Sánchez, director de la Policía Nacional.
La Secretaría de Seguridad de Honduras informó este sábado que “el blanco, el objetivo era el hijo del expresidente Porfirio Lobo”, Saíd Lobo, quien fue ultimado junto a tres jóvenes más cuando salían de una discoteca en Tegucigalpa.
El seguimiento que brindan las autoridades a través de las cámaras del Sistema Nacional de Emergencia 911 en actos delictivos no tuvo un impacto certero en la masacre donde cuatro jóvenes, incluido el hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, fueron asesinados.
Según un informe policial, al que tuvo acceso Diario LA PRENSA, se detalla que Zelaya trató de defender a los otros tres jóvenes que murieron tiroteados en el lugar, cuando salían de una discoteca en el bulevar Morazán de la capital.
Seis individuos han sido capturados por suponerlos responsables de la masacre, ocurrida la madruga del pasado jueves en el estacionamiento de un centro comercial ubicado en el bulevar Morazán de Tegucigalpa, en la cual murieron cuatro personas incluido el hijo del expresidente, Porfirio Lobo Sosa.
En el documento que posteriormente fue confirmado como propiedad de la Policía Nacional se detalló que el joven Luis Zelaya no era parte del objetivo; pero se interpuso porque pensó que los uniformados eran de la FNAMP y murió cerca de la camioneta y no pegado a la pared.