El intento de asesinato de Trump causó un terremoto en la campaña electoral estadounidense y provocó la dimisión de la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatl.
Antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad, el joven disparó ocho balas, cuyos casquillos se han encontrado en el tejado en el que estaba subido.