Cuando hablamos de inclusión social, pocas veces tenemos presente algunas temáticas que merecen especial atención. Una de ellas es el de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Solía escuchar las historias que contaba mi abuela, sobre la Honduras de las décadas de los 30 y 40, un tiempo en el que declararse seguidor de un partido político.
Si pudiéramos extrapolar lo que sucede en materia de salud en Honduras, con la actual epidemia de dengue, podríamos sacar algunas conclusiones arriesgadas sobre lo que sucede en el país.
A veces caigo en la tentación de pensar que ese afán por etiquetar a las personas, por su forma de pensar o su estilo de vida, es parte de este mundo de redes sociales; sin embargo, me doy cuenta de que caigo en la trampa de culpar a la tecnología de la información sobre el comportamiento social de hoy, cuando es algo que ha acompañado la historia de la humanidad.