Se sugiere evitar los alimentos procesados y los ricos en azúcares añadidos y sodio. En su lugar, dar prioridad a los alimentos bajos en calorías, como las legumbres, pechuga de pollo, verduras, fruta...
El sistema digestivo está íntimamente conectado con el cerebro, por eso se debe tener una alimentación consciente de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.