Hace medio siglo, en septiembre de 1974, el sonido y la furia, el viento y el agua, azotaron los departamentos de Cortés, Atlántida, Colón, Islas de la Bahía, Gracias a Dios, transformándose en huracán bautizado como Fifí, dejando en su recorrido pérdida de vidas, en un estimado de 10,000 compatriotas, ensañándose especialmente con Choloma, enterrada bajo toneladas de fango y escombros. Veinte años antes, en 1954, la costa norte había sido afectada por llenas en los campos bananeros, pero sin alcanzar la intensidad ni el grado de destrucción del Fifí.