En los últimos cuatro años, las necesidades humanitarias se han duplicado, uno de cada 23 personas requieren ayuda para sobrevivir, y la mitad son niños.
Estos cinturones de pobreza albergan actualmente más de 17,000 familias, cada una con un mínimo de cinco miembros, según la CASM, organización que trabaja con estas poblaciones.
La fe, los préstamos y sus contadas reservas les evitan pasar hambre: así es un tiempo se comida en la cocina de dos humildes mujeres de San Manuel de Colohete, Lempira.