Hace unos años los 100 metros cuadrados de construcción en un terreno rondaban los 900 mil lempiras, sin embargo, por la falta de mano de obra y subida de los materiales, el costo se ha duplicado, impactando directamente a quienes buscan erigir su casa.
Así lo estima Ángel Payán, presidente del Colegio de Arquitectos de Honduras capítulo noroccidental.
Payán informó que los albañiles, dedicados a la obra gris, instalación de pisos, trabajadores de la tabla yeso y plomeros, que son la mano calificada en la construcción, se han reducido en 60% en la ciudad; y que la principal causa del fenómeno es que estos prefieren emigrar a Estados Unidos para tener mayores ingresos.
A raíz de la carencia de albañiles en el país, los que quedan se pagan con un salario doble. “Los albañiles ganaban 500 diarios y hoy se les paga a los que están disponibles entre 800 y 900 lempiras. Antes el costo por metro cuadrado estaba entre 9 mil a 10 mil lempiras y ahora ronda entre 15 mil con acabados básicos y hasta 25 mil acabados finos”, agregó.
En ese sentido el líder gremial dijo que es urgente que el gobierno incentive la generación de empleo, una canasta básica accesible y buscar la vía para un combustible barato para que el costo de vida disminuya y la gente no deba emigrar.
Keyla Fajardo, ingeniera exdirectiva del Colegio de Ingenieros de Honduras, dijo que la mano no calificada (peones y ayudantes de albañiles) antes llegaba a los portones de las obras a buscar trabajo y hoy son los ingenieros los que deben salir a buscar ese personal.
La mano calificada (albañiles, soldadores, armadores de hierro) está encarecida porque hay muy pocos disponibles por la migración a Estados Unidos.
Todo esto encarece el precio final del metro cuadrado o por unidad que se esté cotizando en el proyecto. El personal se ha reducido entre 35% y 40% y cada vez se incrementa.
“El gobierno debe ser un ente regulador de los precios en el mercado para evitar que tengan grandes subidas sin control”, comentó.
Rubros
Otros que se ven gravemente afectados por la falta de obreros son la zapatería, la sastrería y la ebanistería.
Alexis Omar Zúniga, un zapatero del barrio Medina, con una experiencia de 38 años en el rubro, reconoce la falta de mano de obra por la migración generada ante la escasez de oportunidades en el país, “deberían de fomentar las profesiones como la marroquinería, talabartería y calzado, todos los rubros están afectados”, comentó.
Ángel Borjas Valladares, otro zapatero con casi dos décadas de experiencia, dijo que en el rubro no hay estabilidad porque hay meses buenos y otros malos y no hay apoyo estatal para estos oficios.
En ese sentido es urgente que el gobierno genere espacios para comercializar los productos nacionales y regule las importaciones porque afectan directamente al productor.
