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Kelvin Cóver se refugió en la pintura al ver a su hija con cáncer

  • 25 marzo 2023 /

El campeón de físiculturismo Kelvin Cóver ahora se dedica a predicar la palabra de Dios y a pintar cuadros, un don que recién supo que tenía

San Pedro Sula

No sabía el campeón de fisicoculturismo, Kelvin Cover que sus manos rudas eran capaces de crear arte, hasta hace menos de un año cuando se refugió en la pintura para mitigar el dolor de ver a su hija vencida por un cáncer.

Todo el día y parte de la noche pasaba plasmando en el lienzo cuanta idea revoloteaba en su imaginación con el fin de distraer su mente de la pena mortal de Sonia Vanessa. Entre los 78 cuadros que pintó, en ese lapso de tiempo, está uno que dedicó al martirio de la muchacha de 37 años poco antes de que ella muriera el pasado mes de agosto.

En materia de dibujo, Kelvin Cover no sabía más que diseñar máquinas para hacer ejercicios cuando tuvo la idea de hacer su primer cuadro al óleo. Fue una imagen del rostro de Jesucristo la cual tuvo que mejorar pintándola de nuevo al reverso del lienzo, para no desperdiciarlo, y aún así no reunía las expectativas del aprendiz de pintor.

Con el mismo ímpetu que luchó para convertirse en el levantador de pesas que más medallas ha traído en honor a Honduras, siguió pintando hasta lograr acabados propios de un artista consagrado. Aprendió a pulso a conocer el secreto de los colores, nunca fue a una academia de arte. “Cuando hice el retrato de la princesa Diana, ya tenía la mano ligera”, dice.

Kelvin Cóver pinta y predica después de triunfar levantando pesas (fotos)

Entre la colección de obras que recientemente exhibió en el Centro Cultural Sampedrano, hay personajes bíblicos, mártires, actores de cine, presidentes, astros del baloncesto, futbolistas y otros tantos cuadros que él considera metafóricos porque expresan mensajes que deben ser interpretados por un buen analista.

A sus 65 años, el atleta que ganó 19 torneos internacionales y cuatro centroamericanos, sigue estando en forma gracias a que se mantiene activo como instructor de su propio gimnasio en Brisas del Valle, sector de Cofradía. Comenta que otros que fueron fisicoculturistas como él “ahora están barrigones y no tienen pelo, ni dientes”. Por ello advirtió que después de los 35 años es cuando más deben cuidarse las personas, haciendo ejercicios y comiendo saludable, porque a esa edad el cuerpo comienza a perder masa muscular y a ganar grasa, mientras los tendones van cediendo.

Personajes de la política, la cultura y el deporte están plasmados en sus pinturas.

Acepta que en sus años de gloria como fisicoculturista hizo cosas indebidas relacionadas con la infidelidad. Sin embargo, gracias a su esposa Sonia que le mostró el camino angosto de la redención, estudió teología. Ahora es un hombre íntegro, que no solo es formador de cuerpos, sino también de almas como pastor en una iglesia, filial del Ministerio La Cosecha, contigua a su gimnasio. Allí mismo tiene una fábrica de aparatos para hacer músculos que nada tienen que ver con los que hacía con pedazos de hierro cuando comenzó a prepararse para ser campeón de campeones.

Las personas interesadas en adquirir sus cuadros pueden comunicarse con él, al teléfono: + (504) 8866-2570.

En su adolescencia Kelvin Cover soñaba ser como Arnold Schwarzenegger, sin imaginar que años más tarde estaría junto a él en una exhibición de fisicoculturismo que tuvo lugar en Las Vegas, Estados Unidos.

El niño que creció pescando en la Laguna de Alvarado de Puerto Cortés comenzó a sentir la pasión por cultivar el cuerpo cierta vez que encontró a un amigo levantando unos fierros viejos quien, mostrándole una foto de Schwarzenegger, le preguntó si quería ser como él.

Tendría unos 16 años el joven de piel morena cuando imitando a su amigo se entregó al deporte de levantar hasta rieles del ferrocarril para hacer ejercicios a su manera y dejar de ser un alfeñique.

Después de años de duro ejercicio, un día vio en el espejo su cuerpo de charol brillante de sudor. Entonces se dio cuenta que ya estaba listo para competir y comenzó su larga carrera de triunfos que terminó en 1996 cuando decidió retirarse. Sin embargo, sus sueños aún no terminan: uno de sus anhelos es llevar al festival de la OTI una de las canciones que recién ha compuesto. Como no cree tener el don de cantar como descubrió el de predicar y pintar, busca un cantante que la interprete.

Una anécdota trágica

Entre sus vivencias como fisicoculturista, Kelvin Cover recuerda un hecho, mezcla de triunfo y tragedia. Fue en el mundial del 84 cuando recibió una medalla de manos del presidente de Egipto, Anwar el Sadat. “Estábamos todavía en Egipto cuando recibimos la noticia de que el presidente había sido asesinado. Esto nos conmovió porque una semana antes me había impuesto una medalla de honor. Yo en cambio le entregué un cuadro del pintor hondureño Roque Velásquez. Era un paisaje de nuestro país que él quería conocer”.