Extorsión en Honduras deja $730 millones anuales a maras y pandillas
La extorsión en Honduras dejó 1,700 muertes registradas por las autoridades policiales entre 2010 y 2019.
Foto: Archivo La Prensa
El 4 de mayo de 2023 pandilleros incendiaron un bus en el bulevar Suyapa de Tegucigalpa. Este año han quemado ocho unidades del transporte.
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San Pedro Sula, Honduras
La extorsión es el ilícito generado por las maras y pandillas que más ha enlutado a los hondureños. Del 2010 al 2019 la extorsión cobró la vida de 1,700 hondureños.
El sector transporte es el mayor afectado por la extorsión debido a la ola de crímenes contra los operadores de ese rubro. Un aproximado del 80 por ciento eran motoristas, ayudantes y empresarios de ese rubro, según estadísticas de la organización no gubernamental Asociación de una Sociedad más Justa (ASJ).
La incidencia de los asesinatos en el sector transporte no se reduce pues en lo que va del 2023, han matado a 52 motoristas y ayudantes y los pandilleros han quemado ocho unidades de diferentes empresas.
En el caso de los transportistas lo que estilan es que les mandan un teléfono celular en una bolsa en la que va una nota con las indicaciones para que se comuniquen y también les dejan una bala como mensaje amenazante. Para amedrentar a los transportistas esas organizaciones criminales también les tirotean unidades con el objetivo de intimidarlos para que accedan a sus exigencias.
Extorsión por planilla
Pero la extorsión también afecta a los negocios. Se estima que los hondureños pagan al año un aproximado de 737 millones de dólares (más de 18,000 millones de lempiras).
Los grupos delictivos organizados han cambiado su modo de operar en el cobro de la extorsión, primero era en efectivo, que todavía lo practican, ahora también lo hacen a través de billeteras electrónicas, depósitos bancarios, rifas clandestinas, uso de mensajería, compra forzada y prestamos clandestinos.
Los pandilleros hacen listas de los negocios que están en jurisdicción y les hacen llegar notas extorsivas o les mandan mensajes.
Cuando el cobro de la extorsión es en efectivo nunca va un pandillero con rango en la estructura, sino que mandan a niños, mujeres o utilizan taxistas para que vayan a traer el dinero.
Las dos pandillas manejan libros contables en los que están estipulados la cantidad de dinero que van a recoger en determinada fecha y ya está planillado dentro de la estructura delictiva.
Los que recolectan el dinero de la extorsión tienen que entregar cuentas claras y si no lo hace les toca pena de muerte.