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12:46 AM

Sin toga ni birrete

  • 31 mayo 2020 /

    No todo va a ser el informe diario en horas de la noche que presentado en cifras y porcentajes sigue incrementando el alto nivel de inquietud y preocupación en los hondureños. Sin local reservado, sin toga ni birrete, sin la algarabía antes de iniciar el acto y sin efusivos abrazos al terminar la ceremonia, centenares de jóvenes están recibiendo sus títulos universitarios, “modalidad Covid-19”.

    La entrega de los diplomas de graduación en la Unah-vs se inició en el área de Ciencias de la Salud a los hoy ya nuevos profesionales de Medicina, Enfermería y Odontología. La labor administrativa, también condicionada por la crisis, cumple, aunque más lentamente, con las condiciones para llegar a la culminación de los estudios; aunque el título en educación superior es urgente y necesaria invitación para iniciar un posgrado, maestría o doctorado. De momento en el selfi queda grabada la alegría del grupo de compañeros que en unos años será uno de los mejores recuerdos en la tan especial graduación sin el enredo de cuidar de la toga y el birrete que hay que devolver para recuperar el depósito, sin el ajetreo de hallar asiento para familiares e invitados y sin, con gran nostalgia, abrazar y saludar a la compañera del aula que se halla en otra fila.

    Todo un conjunto de anécdotas que abren para algunos el camino de la especialización y para la mayoría la integración a un trabajo diario que, como las labores en el campo de la Salud, constituyen hoy emergencia, atención inmediata y esperanza de vida en tiempos de pandemia. Como en todas las profesiones, las enseñanzas en el aula y las prácticas en laboratorio adquieren auténtica dimensión con el paciente cuya enfermedad hay que diagnosticar y tratar.

    Nadie nace aprendido y la experiencia, con respaldo sincero de la dedicación profesional y el empeño por estar actualizado, va proporcionando la satisfacción en la atención, cuyo éxito es evidente cuando el ingresado en el hospital recibe el alta y vuelve a la familia, cuando en cada consulta la salud se va recuperando.

    Los nuevos profesionales de la Salud tienen ante sí el desafío de ser protagonistas, como los maestros, del porvenir de Honduras. Habrá que apuntar también directamente al sistema, pero la responsabilidad profesional, los principios y la ética no se adquieren con el sistema, débil y corrupto, sino con la educación en el hogar, el ejemplo de buenos profesionales y la conducta responsable. El selfi puede llegar hasta los nietos, pero el buen nombre sobrepasa círculos y generaciones, que es lo que necesitamos para el mejoramiento de la calidad de vida de los hondureños.