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Siete claves

  • 19 noviembre 2017 /

    Aunque todavía es mucho el dolor, la apreciación interna y externa, relegando los colores, las preferencias y los intereses, no siempre coincidentes con el bienestar de los hondureños, resalta la significativa reducción de la tasa de homicidios en estos últimos años, convertida en foco de atracción, incluso para instituciones y organismos internacionales. De aquel 86 homicidios por cada 100.000 habitantes registrado en el año 2012 por el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-Unah) a la proyección oficial de este año, 42 por cada 100.000 habitantes, hay ya una casi infinita ruta de seguridad, derechos humanos y optimismo. Como dice la sabiduría popular, los hechos hablan por sí mismos.

    InSight Crime, Centro de Inverstigación del Crimen Organizado, es una fundación nacida en Medellín, Colombia, dedicada al estudio de la principal amenaza a la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y el Caribe: el crimen organizado. Desde la cuna misma de una ciudad que libró una de las más largas y crueles luchas contra el narcotráfico, dio a conocer sus hallazgos de la situación de inseguridad y cerco de los grupos antisociales, cuyas redes escalaron alto y atraparon también a los ciudadanos de barrios y colonias. Identificó y publicó las claves en la disminución de homicidios en un cincuenta por ciento.

    Siete centros de acción resalta la fundación en la guerra sostenida contra los antisociales organizados: La represión contra delitos como la extorsión con el efecto colateral del homicidio y la intervención en barrios y colonias más “calientes”. A ello se suma la desarticulación de estructuras criminales como los carteles de la droga, cuya zona de influencia reflejaba un alto índice de violencia.

    Sobresale también la depuración de la Policía para dar de baja a agentes corruptos y capacitar a otros para hacerlos más efectivos. Y con ello, la modernización y reforma del sistema penitenciario, con el cierre de las “universidades del crimen” en que se habían convertido los presidios desde donde la delincuencia organizada, en un ambiente seguro, seguía operando sus tentáculos criminales. Los presidios de seguridad marcaron el antes y después este año. El aumento de agentes, quinta clave, y las reformas en el Código Penal, sexta, proporcionaron al elemento humano, más preparado, las herramientas legales para contrarrestar la ventaja de delincuentes y criminales. A ello sumamos, séptimo, el trabajo conjunto y coordinado de instituciones del Estado y organizaciones independientes para tener una visión completa y valorar los hechos en los últimos años, omitidos, por ello agravados, en administraciones pasadas.