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Plan México

  • 14 febrero 2020 /

México ha sido país de tránsito durante décadas.

    San Pedro Sula, Honduras

    Migración, una alternativa, no una necesidad”, es el lema significativo del desafío asumido con responsabilidad compartida para atender uno de los más graves problemas de los últimos años en los que las causas y los efectos se mezclan, de tal manera que llegan hasta a confundir a los especialistas en el tema, pues no acaban de presentar los orígenes cuando ya abordan los hechos del día. El éxodo hacia el norte halla foso y muralla al final de la ruta, pero las secuelas son evidentes en el camino.

    México ha sido país de tránsito durante décadas. La ruta del tren, sur, norte, ha sido plenamente documentada con esperanzas y tragedias que, pese a los obstáculos y la dura represión, se niegan a desaparecer. Sin embargo, desde el año pasado, con las políticas de exclusión y espera, se han ido formando núcleos poblacionales de supervivencia en urbes mexicanas fronterizas con la Unión Americana.

    La nación azteca, con numerosa población al otro lado fronterizo, ha mostrado a lo largo de los años su solidaridad con quienes transitaban desde el sur, con centros de albergue, con entrega de provisiones de ciudadanos voluntarios en la línea ferroviaria; pero también la delincuencia organizada sigue causando dolor y tragedias en los migrantes y familias.

    Un cuadro muy complejo al que el Gobierno azteca responde con un plan práctico y concreto para evitar que miles de jóvenes, ilusionados o engañados, salgan de Honduras. Son 24 los municipios en los que se desarrollarán dos programas, Sembrando Vida y Jóvenes construyendo el Futuro, los cuales son financiados, inspeccionados y evaluados por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional.

    Lástima que otras iniciativas quedasen en los niveles burocráticos y en documentos, pero sin pasar de los encuentros en el ámbito internacional, tal como ocurrió con el Plan Puebla Panamá, cuyo desarrollo y eficacia pudo conocerse en seminarios y conferencias, en acuerdos y fotos de los encuentros; pero de bienestar de la población o progreso de las naciones, poco o nada.

    Ahora hay un objetivo, como dicen los mercadólogos, personalizado: los jóvenes migrantes, en quienes se intenta eliminar la necesidad de salir con proyectos concretos en el campo recibiendo subsidio directo mensual, fertilizantes, herramientas y acompañamiento técnico, con personal social y profesionales en el área de la producción agrícola. En esta responsabilidad compartida, en la que México dice presente, falta, sin embargo, una mayor política pública de prevención, no solo resaltar la importancia de las remesas en la contabilidad del Banco Central. Migración, alternativa, no una necesidad.