23/05/2025
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Sin saber de finanzas

  • 18 febrero 2020 /

La junta interventora ni las nefastas autoridades del pasado “la invención del agua caliente”, pues la pesada deuda con que se inició la cuesta abajo viene de largo.

    San Pedro Sula, Honduras

    Basta echar una ojeada, muy superficial pero con plena identificación de cantidades, para darnos cuenta de que al entregar 10 y cobrar cuatro no es necesario matricularse en Economía o Finanzas para conocer la pérdida, convertida en parte de un gran déficit total en la compleja gestión de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, en la cual se identifican pérdidas técnicas y no técnicas causantes del desastre, aunque falta contabilizar la participación, amplia y plural, de la corrupción.

    La sección Apertura de la edición del domingo de LA PRENSA nos muestra los 15 circuitos de los 62 que distribuyen la energía eléctrica en San Pedro Sula con mayores pérdidas, representando una tragedia, pues en la mayoría de ellos son superiores al cincuenta por ciento, como queda en evidencia en las columnas de entrega de energía, venta y la diferencia entre una y otra, traducidas en altas cantidades en rojo.

    No presenta el trabajo periodístico, la junta interventora ni las nefastas autoridades del pasado “la invención del agua caliente”, pues la pesada deuda con que se inició la cuesta abajo viene de largo, pero para entonces había generación de energía, se hablaba ya de la modernización de su transmisión; pero el problema es que la líneas de transmisión exigen fuerte inversión, se necesita más electricidad, no a los apagones.

    No obstante, si antes era soportable la deuda, ahora con los problemas agravados vamos camino a la época oscura.

    No se trata de ser agoreros de malos tiempos, pero las autoridades de la Enee, sus organismos adjuntos o empresas concesionarias debieran haber aprendido en cabeza ajena. ¿Qué está sucediendo con el suministro de agua potable en numerosos lugares del país? Ciegos al aumento de la población, de espaldas a las irregularidades en las lluvias, aunque con brillante retórica sobre el cambio climático, nada hicieron para cuidar y aprovechar racionalmente el líquido.

    El mismo lenguaje utilizan los ejecutivos de la Enee: aumento en la demanda, ya no somos seis millones de hondureños de hace unas décadas, ni tampoco la temporada de lluvia llega, si es que se presenta el 3 de mayo, y de lo único que se halla al margen la población, aunque oye el ruido de las piedras en el río, es del alcance y el peso de los contratos para generar energía. Si además la Enee dice que entrega diez y cobra cuatro, no hace falta mucha imaginación para trazar el futuro, cuya inmediatez ya casi se dibuja en oscuridad por apagones en las horas de mayor demanda, a cenar a la luz de las candelas y a dormir tempranito.