17/05/2024
09:14 PM

Entretenimiento

    Bien conocen y aplican la estrategia del entretenimiento con asuntos pequeños, menudencias, al fin y al cabo, para trazar y abrir camino con objetivos programados hacia metas que están a la vista, pero sobre las cuales hay mutismo en la esfera oficial.

    Allá salió un alto funcionario de Educación dando clase de vocabulario, en el Congreso se lían con el proceso para otorgar condecoraciones y lo más último, como dirían en el pueblo, la música en el acto solemne de la apertura del mes de las fiestas en la capital.

    Ya hay polémica en más asuntos con la correspondiente distracción.

    Ha cambiado el fondo que se presenta de acuerdo con la actualidad, pero la forma es casi la misma con objetivo similar, pero no igual en esta ocasión porque no habrá bola que haga rodar Honduras en Catar. El debate sobre el tema al que nos referimos es sumamente beneficioso puesto que en los países donde prevalece la libertad de expresión el escrutinio ciudadano es columna vertebral de la democracia.

    Donde las libertades para expresarse son conculcadas, tenemos vecino, la imposición es muestra de tiranía y evidencia de auto acreditación de poderes ajenos u opuestos a la ley.

    No es este caso entre nosotros, pero necesitamos atisbar y mantener vigilancia sobre intenciones que van en camino hacia acciones que no siempre se enmarcan en el bien común, en el desarrollo, bienestar y convivencia en paz y libertad.

    El pluralismo en el marco de la ley es la expresión sensata de madurez en la sociedad, de manera que su expresión más cercana a los ciudadanos sea la eliminación de dogmatismos y el aislamiento de los propulsores del monopolio de su verdad.

    Necesitamos recorrer un largo y tortuoso camino para que vaya aclarando el día en que cada uno sea responsable y sin excepción alguna responda ante la ley, particularmente quienes se hallan inserto en el engranaje administrativo, pues necesitan como paso, comprender a fondo lo que significa ser servidor público, no sea que nos llegue otro como el de Patria y Patriarcado.

    Hemos insistido en la urgente necesidad de sembrar y cultivar la confianza en todos los niveles, pero especialmente en los organismos institucionales, pues en ellos radica la posibilidad, hoy lejana, del cambio prometido.

    Desde lo más alto hasta las oficinas locales debiera proyectarse la transformación, pues van pasando los meses y la incertidumbre va creciendo, pues está claro que pensamientos, palabras y hechos no siguen la misma ruta. Necesitamos menos distracción y mayor atención e interés en los graves problemas, muy sabidos, del país.