Pese a las recientes presiones y al anuncio de que la Casa Blanca “revisará las políticas de deportaciones en marzo”, no hay ablandamiento en el Ejecutivo norteamericano, según han confirmado los líderes de la organización cristiana hispana Esperanza.
El Presidente dice que no va a hacer nada para cambiar la ley tal y como está actualmente. Fue claro que en este ambiente no es algo sabio hacer un cambio (administrativo en la ley) cuando necesitamos que el Congreso haga los cambios a la ley”, dijo Luis Cortés, presidente de la organización hispana cristiana Esperanza, con sede en Filadelfia, Pensilvania.
Agregó que el presidente Barack Obama explicó “que si él hace ese cambio, va a hacer daño al proceso y con hacer daño al proceso, la ventana que tenemos abierta -piensa que son entre tres y cuatro meses-, se va a cerrar”.
La explicación no convence, mucho menos cuando esta administración demócrata ha superado todos los récords en deportaciones y desde la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, se ha enviado el mensaje que es muy remota la posibilidad de programar una votación en los próximos meses.
En conclusión, el estancamiento en la discusión entre los representantes que no aceptan la versión del Senado se traducirá en la continuación de masivas deportaciones que, para nuestro país, la cantidad llega a varias decenas de miles a final del año. “Esperar y ver”, solución que se transforma en desesperación para los capturados, deportados y sus familias.
