15/04/2024
12:48 AM

Conducta ejemplar

  • 31 agosto 2023 /

    No adelantamos la jornada dedicada a los maestros ni nos imaginamos la fecha en el calendario, pero sí con admiración y gratitud dedicamos la columna editorial a una ejemplar maestra que ofrece, con entrega total, sus mejores esfuerzos e ilusiones a la niñez a pesar de los obstáculos, “pero debemos aprender a superarlos”.

    Día a día durante 23 años la maestra Martha Rodezno, como los campesinos, se levanta con el alba, realiza las tareas domésticas necesarias y “al punto” porque hay que tomar el autobús y llegar a la escuela. No es paseo generalmente agradable dadas las condiciones de la carretera de Occidente en la que cuando no son problemas sociales o fenómenos naturales son atascos en la ruta obsoleta para llegar al bulevar del sur. De La Entrada, Copán, a Chamelecón la profesora atesora recuerdos, termina de corregir las tareas o prepara los temas del día.

    Del mediodía a las cinco y media de la tarde es el ajetreo diario en la escuela de Chamelecón. No hay obstáculo para volver a casa con desánimo, quizás cansancio, pero el que al día siguiente están los niños esperando es más que un aliciente para “compartir conocimientos con mis alumnos... Estos 23 años han sido una gran experiencia. Cuando llego a la puerta ya los niños están esperando”.

    Recientemente nos referíamos a otra abnegada maestra que tuvo que abandonar el país por las amenazas e inseguridad y allí, en México, organizó una pequeña escuela para que los niños, hijos de migrantes, no estuviesen en la calle todo el día. Maestros y maestras con vocación, con llamado que en el interior es más urgente por las precarias condiciones en los centros escolares y los peligros constantes originados por la inseguridad y la violencia.

    Está cercana la jornada anual dedicada al magisterio con el reconocimiento a conductas ejemplares de profesionales de la enseñanza. El peligro es la contaminación sectaria y política en la selección de quienes reciben el homenaje y son presentados como profesionales honestos, esforzados y queridos por los alumnos. En Chamelecón trabaja una maestra, una de cuyas satisfacciones más grandes es encontrar ya a sus exalumnos padres de familia, profesionales universitarios y, sobre todo, buenas personas que muestran agradecimiento a la mentora ejemplar que no faltó un día a clases.

    En este ambiente de derrotismo en la educación nacional más que saludable es de resaltar la labor de estas personas con una tarea mucho más compleja por las condiciones en que son criados y viven los niños y jóvenes de hoy. Por ello recordamos el himno al maestro: “Del que enseña alabemos el estro, bendigamos su vida y ejemplo, veneremos la escuela que es templo donde oficia abnegado el maestro”.