28/04/2024
09:00 PM

Un alto en el camino

Jibsam Melgares

La historia del primer libro de la Biblia cuenta que Jacob, hijo de Isaac, nieto de Abraham, le robó, con engaños, la bendición de la primogenitura a su hermano Esaú y por eso tuvo que salir huyendo, para que aquel no lo matara en venganza. Su destino sería la casa de su tío materno Labán, a cientos de kilómetros de distancia de lo que hasta ese momento había sido su hogar.

En el camino llegó a una localidad llamada Luz (Almendro), donde decidió pasar la noche. Quizás para él sería una noche cualquiera, sin nada especial, sin embargo, fue todo lo contrario. Mientras dormía, tuvo un sueño donde una especie de rampa o escalera conectaba la tierra con el cielo y en ella subían y bajaban ángeles. En el extremo superior estaba Dios, quien le dijo entre otras cosas que estaría con él, que lo protegería y que cumpliría los propósitos que tenía para su vida. Cuando Jacob despertó pensó: “En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no me había dado cuenta”.

De la misma manera que este personaje, muchas veces nosotros podemos estar afanados en la cotidianidad de la vida, preocupados por cómo solventar nuestros problemas o cómo hacer para enfrentar los desafíos que tenemos por delante; pero en medio de esa cotidianidad, Dios se las ingenia para que hagamos un alto en el camino y recordemos que, además de la realidad que nos rodea, existe una realidad trascendente. En palabras de Luis Alonso Schokel, podemos imaginar el camino de Jacob como una línea en un plano horizontal; sin embargo, el sueño que él tiene es un desgarrón hacia arriba, que lo insta a poner la mirada en línea vertical, hacia Dios.

Como sociedad hondureña nos ha tocado enfrentar en estos tiempos muchos retos y dificultades, a los cuales se les suma ahora la pandemia del coronavirus. Pero… quizás… ¿acaso no será este un buen momento para hacer un alto en el camino y recordar que Dios está ahí, que él quiere ayudarnos y protegernos; pero que espera, también, que le busquemos de todo corazón para poder cumplir en nosotros sus propósitos perfectos?