Para Juan Antonio Balmaceda, la vida ha sido una lucha constante y sin cuartel. Hasta hace poco despertaba abrumado por todo lo que tenía que hacer y se dormía pensando en todo lo que no había hecho.
Pasaba abrumado. Una mañana ocurrió algo insólito en su propia tienda, borrando unos precios de unas bolsas plásticas de un poderoso insecticida usó acetona. Al aplicarla hubo un estallido que apenas recuerda, y aquellos productos le llenaron la cara y los ojos. Corrió a echarse agua, pero una hora más tarde sentía como arena debajo de los párpados. Decidió ir a un médico y se llevó una muestra del producto por si el galeno quería verlo.
El doctor lo examinó con cuidado, leyó detenidamente la fórmula impresa en la bolsa, levantó el teléfono y pidió una ambulancia. No hay tiempo que perder, le dijo, y juntos fueron a la unidad de cuidados intensivos del hospital cercano. A Juan Antonio le pareció algo exagerado, pero se dejó llevar. Lo pusieron en una camilla y le practicaron un lavado ocular que resultó algo doloroso, después le vendaron ambos ojos.
Escuchó la conversación de dos médicos, que creyéndolo dormido comentaron: “Crees que perderá el ojo derecho”. El otro respondió: “No, creo que perderá ambos”. ¿Qué era aquello? ¿Quedar ciego a sus jóvenes años? Pensó en su esposa, en sus pequeños hijos, en su tienda, todo lo que amaba y que quizá nunca volvería a ver.
Juan Antonio no quedó ciego, si bien su visión quedó muy disminuida, pero cuando menos podía ver.
Esto transformó su vida. Ahora disfruta con cosas que antes pasaban desapercibidas. Un atardecer con su familia viendo el rojo del horizonte. Su hijo pequeño corriendo detrás de una mariposa. El olor del pescado que freía su esposa. Su tienda llena de clientes, su solidaridad y la atención tan buena de sus empleados.
Dale Carnegie en su formidable libro “Cómo suprimir las preocupaciones” nos dice que debemos contar nuestras bendiciones. El principio Think and Thank (piensa y agradece) es lo que Juan Antonio descubrió en condiciones dramáticas. ¿Podremos aprenderlo usted y yo?
LO NEGATIVO: Estar tan ocupados que no tengamos tiempo para ser felices.
LO POSITIVO: Decidirnos a ser felices ya. Pensar en nuestras bendiciones y agradecer a Dios por ellas.
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