Fervor patriótico, orgullo nacional, amor por la patria, civismo. Esas son algunas de la frases estereotipadas con que se hace alusión a este mes de septiembre que se celebra la independencia.
Para los padres de familia es de mucha preocupación por el gasto exagerado que tienen que hacer en implementos para las marchas. Pero a centros educativos y gobierno no les importa la situación precaria de la mayoría de los hogares.
En una encuesta llevada a cabo en un noticiero, las respuestas a la pregunta de que era lo que más gustaba de los desfiles del 15 septiembre, fueron: las palillonas, los paracaidistas de las FF. AA., y las bandas marciales, en ese orden de importancia. Ahora ya se incluyó a las maestras y madres de familia más guapas, en la competencia. Es increíble, es concurso de belleza, no exaltación a la patria. Nos encanta hablar de moral y decencia pero a nuestro morbo le damos algunas facilidades.
Esos no son desfiles dirigidos a enaltecer el amor por la patria son desfiles casi circenses enfocados en la figura femenina y los bailes de las bandas de marciales, que más parecen grupos de música decadente. Eso que muestran en las calles no es patriotismo.
Infundir patriotismo empieza desde antes, en la niñez, por formar buenas personas, individuos decentes, honestos y confiables. Moldear las nuevas generaciones en los valores morales eternos. Y uno de los principales obstáculos para lograr esto lo constituyen el contenido de las redes sociales, internet, televisión. Porque a falta de una buena educación moral en sus hogares, deforman la personalidad de los jóvenes que adoptan estas formas de conducta cuyo fin primordial es ser reconocidos, sin importar la manera. Los desfiles patrios para ellos son una vitrina, no un honor. De allí salen muchas presentadoras de televisión.
¿Y porqué no exigimos patriotismo a nuestros políticos y gobernantes?
Por allí deberíamos empezar. La mayoría de estos están vacíos de cualquier atisbo de calidad humana. No tienen alma.
Los desfiles de independencia no tienen razón de ser. Mientras no sirvan para aumentar la cultura y el buen gusto del pueblo, serán solo circo y pan dirigido a un pueblo hambriento que no tiene la conciencia de identificar esta burla.
El patriotismo es gratitud y orgullo por pertenecer a una nación. Es un sentimiento, un valor, un deber.
¿Cuánto de eso hay en esos desfiles?