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Los pasos que no ha dado la Unah

  • 19 julio 2022 /

En 1967 apareció un interesante libro publicado por la editorial Nomos (Baden-Baden, Alemania), titulado “Rasgos característicos de la universidad latinoamericana” que compila los más importantes trabajos del Primer Coloquio Científico de Ultramar de las universidades de Alemania Occidental”. En él participaron rectores de muchas universidades latinoamericanas y alemanas. El texto aborda los principales problemas que aquejaban a las universidades latinoamericanas en ese año, los mismos de ahora, y hace énfasis en la complejidad del panorama universitario en nuestro continente que tiene que ver con situaciones históricas, geográficas, filosóficas, científicas, sociológicas sin echar de menos la contaminación de política sectaria. Al mismo tiempo hace hincapié en que todas estas situaciones problemáticas pueden superarse mediante la intensificación, en forma poderosa, de la investigación científica dentro del seno de las universidades, factor que decidiría fundamentalmente en la superación del atraso y el subdesarrollo. Se habla de la universidad latinoamericana como una realidad histórica que, desde su nacimiento, ha experimentado diversas etapas evolutivas, pero que ha fallado en su intención de convertirse en verdadera impulsora de la ciencia. Al referirse a las etapas de desarrollo establece tres fases histórico filosóficas: La etapa de preparación profesional de fase tradicional. En esta etapa la universidad asume como preponderante el papel de la formación profesional. Son auténticas productoras de profesionales y los docentes personalizan un prototipo de profesor docente.

La etapa de preparación profesional de fase reformada. La universidad ha escalado lentamente la cúpula de la cultura y la ciencia, sin obtener una total realización. Pero ya se vislumbra la necesidad de una universidad con los ojos puestos en la investigación. Hay proyectos de investigación pero el quehacer investigativo no es permanente ni ordenado. Algunas unidades se destacan en las funciones investigativas y muchos profesores llegan a descollar de manera aislada, pero el predominio académico es la docencia como principal función de los profesores. Por otra parte, las acciones investigativas son generalmente emulaciones de la ciencia en otras universidades o centros y los docentes divulgan conocimientos que provienen de otras latitudes, sin que haya vivencias propias del profesorado que no han descubierto, creado o publicado. El conocimiento es importado sin producción local propia. Esta etapa es un colonialismo científico e ideológico que amenaza la libertad intelectual y académica. Los faros de la sabiduría y del conocimiento están en el mundo desarrollado.

La etapa de formación profesional de fase dinámica. Es en esta etapa cuando la universidad alcanza definitivamente las alturas de la ciencia y la cultura. La academia está integrada por docentes que buscan afanosamente la tarea de establecer una simbiosis entre investigación científica y docencia universitaria organizada e institucionalizada. Hay producción de nuevos conocimientos y enseña a los estudiantes en forma viviente y por medio de ellos actualizan constantemente y se neoforma un pensamiento estudiantil destinado a hacerlos buscadores de nuevos conocimientos y de nuevas verdades mediante esfuerzo propio. Los conocimientos que se divulgan no vienen de producciones foráneas y de índole predominantemente pedagógica: la función académica es creativa a través de su máxima expresión: la capacidad científico productiva del verdadero profesor universitario investigador. Bernardo Alberto Houssay, destacado fisiólogo argentino, Premio Nobel, propuso las siguientes pautas: “Desechar progresivamente la enseñanza rutinaria, dogmática, que sólo busca memorizar, pasar exámenes y obtener diplomas que se cree confieren aptitudes mágicas y otorgan privilegios. Desarrollar el conocimiento del método acientífico en los estudiantes y en todos los universitarios la noción de que los conocimientos se transforman y adelantan incesantemente: el papel fundamental de la investigación básica y aplicada en la ciencia, las profesiones y las industrias, como base de la vida moderna y actual y del bienestar, riqueza y poder de todo país.” Es importante que la ciencia se imponga en la actividad académica de la UNAH y que el subdesarrollo en la enseñanza sea, presurosamente, historia del pasado. Rudolf L. Mössbauer, Premio Nobel, hizo un llamado a que la ciencia se arraigue en las universidades y advertía “El peso de la competencia internacional de los pueblos se desplaza cada vez más hacia el plano espiritual y hacia un contienda de la capacidad creadora científica”. Hacia ahí debe dirigirse la Unah.

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