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La delimitación del Golfo de Fonseca

  • 06 diciembre 2022 /

El 27 de octubre del año 2021, los gobiernos de Nicaragua y de Honduras firmaron, en la ciudad de Managua, el “Tratado de límites entre la República de Nicaragua y la República de Honduras en el mar Caribe y aguas afuera del Golfo de Fonseca”. La Asamblea Nacional de la república de Nicaragua ratificó este Tratado un día después de su firma por los mandatarios de Honduras y Nicaragua y La Gaceta de Nicaragua lo publicó el 29 de octubre para darle vigencia a la ratificación.

El Tratado en discusión aquí contiene los acuerdos a los que llegaron ambos gobiernos en relación con los límites marítimos entre los dos Estados en aplicación de las sentencias firmes del 18 de noviembre de 1960, del 11 de setiembre de 1992 y del 8 de octubre de 2007, emitidas por la Corte Internacional de Justicia y que fueron complementadas por varias declaraciones conjuntas emitidas por los gobiernos de Nicaragua, Honduras y El Salvador que declaran Zona de Paz al Golfo de Fonseca.

A este Tratado se opone El Salvador porque no reconoce la salida al mar de Honduras y sostiene que sus límites en el golfo son con Nicaragua, y de esta manera contradicen lo decidido por la Corte Internacional de Justicia que mandó a delimitar, de común acuerdo y para beneficio de los tres países, la jurisdicción de cada Estado en el Golfo.

El Gobierno de Honduras y el Gobierno de Nicaragua, sin embargo, llegaron a un acuerdo que es totalmente beneficioso para la posición hondureña que reclama una salida al mar abierto en el Pacífico mediante su soberanía en el tercio interno de la línea de demarcación del cierre del Golfo de Fonseca, de manera equitativa.

El Tratado binacional entre Nicaragua y Honduras reconoce, en el artículo quinto, soberanía a Honduras sobre una porción de 3,178 millas, a partir del punto medio de la línea de cierre, con dirección hacia Nicaragua, mientras que quedaría que El Salvador acepte la misma cantidad de extensión a partir del punto medio en dirección a El Salvador. El Salvador, sin embargo, se ha plantado en que Honduras no tiene derecho alguno para salir libremente al océano Pacífico. De esta suerte, el Tratado que analizamos, constituye un punto de avance en la delimitación justa, tal como lo manda la Corte Internacional de Justicia, del derecho de salida al océano por parte de Honduras en el Golfo de Fonseca. El mismo Tratado reconoce que las aguas interiores constituyen una bahía histórica con derechos para los Estados ribereños para su uso.

A diferencia de la Asamblea Nacional de Nicaragua que aprobó y ratificó el Tratado un día después de su firma por los dos mandatarios de Nicaragua y Honduras y los publicó en La Gaceta otro día después, el Congreso Nacional de Honduras no ha hecho intento alguno por discutir y aprobar o rechazar el Tratado, a pesar de que, según mi entendimiento, es Honduras la principal beneficiada porque se da un paso importante en el reconocimiento de la salida al océano Pacífico de Honduras, tal como lo recomienda la Corte Internacional de Justicia. Yo llamé a varios parlamentarios hondureños para preguntarles su opinión sobre este asunto y por qué el Congreso no procedía a ratificar el Tratado. No tuve ninguna respuesta, pero como creo que este es un asunto de vital y trascendente importancia para el país, expongo estas ideas en esta columna para que la población hondureña, sobre todo los habitantes de las riberas del Golfo de Fonseca, se pronuncie sobre este delicado asunto y exijan una solución definitiva al conflicto que ahora plantea la república de El Salvador.

Es cierto que el Tratado fue aprobado por el presidente Hernández, por la parte hondureña, pero tal asunto no es motivo para que Honduras eche de menos una gran oportunidad de avanzar, ya con respaldo que da el Tratado en el que se reconoce taxativamente el derecho de Honduras a tener una salida al océano Pacífico en una extensión equitativa con los demás países que tienen riberas en el Golfo: Nicaragua, Honduras y El Salvador.

Honduras era el legítimo dueño de las islas del Golfo de Fonseca, tal como lo demostró Ramón Antonio Vallejo en su trabajo “Réplica documentada a las nuevas y fehacientes pruebas de que el archipiélago de la bahía de Fonseca pertenecen a la república de El Salvador”, publicadas por el Dr. D. Santiago I Barberena. Pero la Corte de La Haya concedió algunas islas a El Salvador y Honduras lo ha aceptado. Lo grave es que El Salvador no acepta los derechos de Honduras y creo que la ratificación de este Tratado será un paso firme en favor de los derechos nuestros.

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