26/04/2024
12:11 PM

Estado de excepción

Sergio Banegas

Dieciséis de los dieciocho departamentos están incluidos en el nuevo estado de excepción. Para nadie es noticia que el país ha sido asolado desde el inicio de este milenio por nuevas y más avanzadas manifestaciones del crimen organizado que ha llevado a la sociedad hondureña a niveles de sufrimiento absolutamente dolorosos. Las causas de la descomposición social son tan diversas y complejas que es superficial solo atacar los síntomas sin ir a las raíces; culturalmente nos enfocamos en la reacción y no en la prevención, y ahí tenemos largo camino que se ha dejado de recorrer dejando con ello consecuencias lamentables al día de hoy.

Sobre todo en la última década Honduras se convirtió en un Estado fallido con un gobierno funesto que se carcomió en corrupción; y todo lo que sucede en la cabeza indefectiblemente será también manifestado en el cuerpo. En esta ocasión el Poder Ejecutivo ha dispuesto que en 73 municipios rija el estado de excepción que permitirá a la Policía Nacional impulsar una lucha contra la extorsión, tráfico de drogas, secuestros, entre otros delitos. Nos olvidamos por completo del escenario donde se forja la batalla más importante: en la casa de cada ciudadano. Si en esa mesa no hay comida, si para ese niño no hay educación, si para ese hombre no hay trabajo, si para esa dama no hay acceso a cuidado médico, entonces estamos encendiendo el fuego de manera lenta para la erupción social. El estado de una nación se puede identificar claramente en la casa; como sea la condición de la familia será el estado de la sociedad; así que lo que vemos en la calle es la manifestación de la enfermedad, el origen está en el seno familiar: sea bueno o malo.

Entonces no se trata de armas sino de formación y educación, se trata de condiciones de empleo y seguridad social que realmente propicien los espacios para el desarrollo humano; de otra manera los estados de excepción serán perennes, y a su vez una lamentable necesidad para una sociedad convulsa que se niega a perecer.